Veinte años...

OPINIÓN 21/02/2014 05:00 Actualizada 05:00

Hace 20 años entró en vigor el Tratado de Libre Comercio (TLC). La firma de este acuerdo fue publicitada por el gobierno de Carlos Salinas como la entrada de México al primer mundo. Dos décadas son suficientes para evaluar un proyecto, y para saber si la apertura comercial fue exitosa para el país, basta con contestar preguntas muy simples: ¿usted que lee este texto vive mejor que hace 20 años?, ¿su salario le alcanza más?, ¿goza de un mejor empleo?, ¿quienes eran niños o adolescentes en 1994 hoy viven mejor que sus padres? Evidentemente la respuesta es no.

Todas las ofertas que Carlos Salinas hizo hace dos décadas a los mexicanos no sólo no se cumplieron sino que la crisis se profundizó y en lugar de mejorar las condiciones de vida, los mexicanos ahora se ven empobrecidos y con expectativas más bajas.

Salinas dijo que se crearían más empleos y mejor pagados mediante la instalación de maquiladoras. Para ello, se aseguraba, era imperativo castigar los salarios para hacernos competitivos frente a otros países. Las maquiladoras no fueron la panacea. No crearon los empleos que se necesitan, y la indefensión de las y los trabajadores de la maquila creó el caldo de cultivo para fenómenos como el de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. Hoy el tema del desempleo sigue siendo una de las principales preocupaciones de las familias.

Los salinistas aseguraron que con el TLC y la privatización del ejido, el campo florecería y se convertiría en un eje fundamental de la economía nacional. Hoy el campo está quebrado, los campesinos abandonaron sus parcelas para emigrar a Estados Unidos ya que no pudieron competir con los granjeros norteamericanos que gozan de apoyos por parte del gobierno de su país que en México ni soñando podrían recibir nuestros productores agrícolas, ya que para los gobernantes nacionales es pecado apoyar a los agricultores porque éso “es proteccionismo”.

El campo es posiblemente donde más se han resentido los efectos del libre comercio ya que ante el abandono y la quiebra, el narcotráfico sentó sus reales en muchas regiones como Michoacán, que hoy viven una violencia inaudita.

Tal vez el único logro que pueden presumir Salinas y su grupo es el incremento de las exportaciones. Sin embargo, ese logro está por verse, ya que las importaciones se incrementaron en la misma medida que las exportaciones. Es decir que seguimos comprando más artículos al extranjero que los que le vendemos. Aún más, ramas importantes de la producción nacional, como la industria juguetera, prácticamente han desaparecido.

En suma, todos los argumentos a favor del TLC fueron pura demagogia. La economía de mercado fue creada para fortalecer a los países de economías fuertes, no para sacar del atolladero a las naciones pobres. Con la privatización del petróleo Peña Nieto busca, como lo hizo Carlos Salinas, vendernos espejitos a cambio de oro.

Su discurso es idéntico al de Salinas y sus resultados serán los mismos. A 20 años del TLC se refuerza la idea de que para tener resultados distintos hay que hacer las cosas de otra forma. El cambio verdadero es la única opción viable que le queda a México.

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