El prófugo Gastón Azcárraga

OPINIÓN 21/02/2014 05:00 Actualizada 05:00

El 11 de agosto de 2010 le contaba en este espacio: “Gastón Azcárraga Andrade celebró 50 años de vida en noviembre de 2005 con un regalo al que muy pocos podrían aspirar: el gobierno de Vicente Fox le vendió a precio de ganga la Compañía Mexicana de Aviación y su flota de 70 aviones. Para pagar, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) le dio un crédito que el también dueño de la cadena hotelera Grupo Posadas habría de liquidar con dinero que saldría meses después del flujo de caja de la propia aerolínea.

“Antes de esa operación, cuando Mexicana estaba con Aeroméxico en manos del gobierno (ambas controladas por Cintra), el valor de las dos aerolíneas era de 2 mil 500 millones de dólares. Cuando la administración Fox decidió venderlas por separado, su precio cayó, cierto. Pero de ahí, a casi regalar Mexicana en 165 millones de dólares (y a Aeroméxico, años después, en los 240 millones de dólares que pagó el grupo Banamex y 14 socios encabezados por el empresario procalderonista José Luis Barraza, ya en el gobierno de Felipe Calderón, hay un abismo de diferencia. Y es que al menos 2 mil millones de dólares, muy probablemente transferidos a la panza del Fobaproa, los estamos pagando todos los mexicanos.

“La Compañía Mexicana de Aviación sufre hoy una severa crisis financiera que bien podría ser un fraude maquinado. La aerolínea registra un monto de deuda 28% superior al del total de sus activos. Entre 2005 y 2010 el número de pasajeros transportados cayó de 954 mil 900 a 508 mil 106, es decir, 47.1%, incluidos los transportados en sus servicios de bajo costo Mexicana Link y Click.

“Azcárraga Andrade argumenta que el problema de Mexicana es y ha sido su elevado pasivo laboral, es decir, salarios y prestaciones de sobrecargos, pilotos y trabajadores de tierra incluidos en sus respectivos contratos colectivos. Cuando adquirió la empresa, debemos suponer que sabía de dichas condiciones laborales pero, al parecer, siempre le apostó a plantear ante sus sindicatos lo que se denomina un conflicto colectivo de naturaleza económica, esto es, la ruptura en lugar de la conciliación, para reducir los beneficios contractuales de su planta laboral.

“Su planteamiento de hecho, al estallar esta crisis, fue el de reducir salarios entre 40 y 50%, y cancelar 70% de las cláusulas de los contratos colectivos o la quiebra. Ésta se planteó ante los tribunales y la presión contra los trabajadores —por lo visto respaldada por el gobierno de Calderón, de cuyo talante antisindicalista ha dado sobradas muestras su secretario del Trabajo, Javier Lozano, y en este caso, mediante un desinterés ni siquiera ocultado, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas— se intensificó con la suspensión de la venta de boletos y del pago de la nómina.

“Nada explica este gobierno, por ejemplo, del crédito por mil millones de pesos que le concedió el Banco Nacional de Comercio Exterior a Mexicana, no obstante estar en vías de quiebra, lo que impedía, a todas luces, saldar el préstamo. Ése, más otro que le otorgó Banorte por 2 mil millones de pesos, constituyen la gran presión que ha llevado a la aerolínea a su actual crisis financiera. El empréstito concedido por Banorte estará seguramente ajustado a políticas y riesgos de esa institución financiera, pero lo de Bancomext, parte de una banca de desarrollo como Banobras, que opera con recursos públicos, podría constituir un fraude maquinado”.

Diecisiete días después de publicado lo anterior, es decir, el sábado 28 de agosto de 2010, Mexicana dejó de volar. Poco más de 2 mil 500 trabajadores se quedaron sin trabajo y así siguen. Han pasado cuatro años sin que prosperen varias ofertas de compra y sin que concluya su concurso mercantil.

Cuatro años después, y ya cometido el daño, un juez federal ordena la aprehensión de Azcárraga Andrade porque la PGR lo acusa de manejo irregular de recursos, al utilizar fondos de la aerolínea sin autorización ni notificación a las autoridades. Y es que al parecer solicitaba préstamos (acaso los referidos de Banorte y Bancomext) que decía serían invertidos en Mexicana, pero los destinaba a otros fines.

El ex dueño de Mexicana es buscado ahora por la Interpol en 189 países y su captura podría sacar a relucir el deliberado encubrimiento que de él hizo el gobierno de Calderón y el aprovechamiento que hizo de esa coyuntura para beneficiar a aerolíneas en manos empresariales afines a su gobierno como Aeroméxico, Volaris e Interjet.

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