Revolución, Josefina y Cuauhtémoc

OPINIÓN 20/11/2013 05:00 Actualizada 05:00

Hoy se cumplen 103 años del inicio de la Revolución mexicana, acontecimiento que casi nada dice ya, si no es que nada, a quienes detentan el poder desde hace más de 20 años ni a los grupos sociales dominantes que representan.

Ya muy poco decía la Revolución a la tecnocracia tricolor que encabezó Carlos Salinas, quien intentó cambiar ese sustento ideológico del PRI, y por lo tanto de su gobierno, con un extraño híbrido que denominó liberalismo social. Mucho menos le decía al grupo de Ernesto Zedillo que de plano puso por delante su convicción de que todo lo acomoda “la mano invisible del mercado”. Ninguno de ellos, sin embargo, se atrevió a dejar de celebrar o minimizar la efeméride.

Los subsecuentes gobiernos del PAN empezaron a cargar su discurso de significados anacrónicos para la Revolución. Vicente Fox, sin embargo, sólo canceló el desfile del 20 de noviembre en 2006, en medio de la protesta poselectoral de AMLO. Superada esa crisis, Felipe Calderón también canceló el desfile en 2007, pues los ánimos seguían muy caldeados con la protesta lopezobradorista y temió desmanes públicos. Reanudó el desfile en 2008 pero transformado: dejó de ser la marcha cívico-deportiva-sindical que se empezó a celebrar desde 1925 y se convirtió en festejo nacional por decreto de 1936, para tomar un carácter militar.

Y es que el panismo difícilmente puede lidiar con el estallido social de 1910, una de cuyas más acabadas consecuencias —en cuanto a procurar la justicia social y cerrar la brecha de la desigualdad— fue el “cardenismo”, movimiento contra el que nació. Cárdenas había profundizado en lo social, pero fallado en lo democrático, lo que acabó por darle viabilidad al PAN.

El PRI regresó el año pasado al poder y ahora resulta que el gobierno de Enrique Peña Nieto canceló el desfile de la Revolución. El secretario de Gobernación explicó hace unos días que no hubo tal cancelación porque no se había convocado a su realización.

Ante la dificultad de sostener semejante argumento, Miguel Ángel Osorio Chong dijo después que, por ser este año el centenario del Ejército, la celebración enfatizaría en el reconocimiento a las fuerzas armadas. De ahí que se prepara para hoy un acto que tendría lugar en el Campo Marte, pero que ayer fue cambiado al Zócalo ante la suspicacia desatada. Pero desfile no habrá.

Fuentes de seguridad nacional dicen que hay temores fundados de que en el contexto de la violencia en Michoacán, el operativo de las fuerzas federales para restablecer el orden en el puerto de Lázaro Cárdenas y los recientes sabotajes a instalaciones de la CFE en ese estado, pudieran ocurrir ataques similares en un evento masivo demasiado abierto y expuesto.

Si es así, deberían decirlo y explicarlo. Fácilmente se entendería, aunque crean que al hacerlo enviarían señales de debilidad. Si no, que de plano asienten ya que la Revolución es cosa del pasado, que ya nada tiene que ver con la realidad nacional. Pero hacerlo así los obligaría a cambiar de nombre, pues el tricolor ya no sería más, si no es que ya no lo es, un partido revolucionario.

Instantáneas

1. MAÑANA en Oaxtepec, Morelos, inicia el XIV Congreso Nacional del PRD. Discutirá la modificación de sus estatutos con el objetivo de permitir la reelección de quienes ya lo han dirigido. El asunto tiene dedicatoria: terminar con la ya larga hegemonía de Los Chuchos (Nueva Izquierda) nada más y nada menos que con el regreso de Cuauhtémoc Cárdenas.

2. OTRA que reapareció, con una severa crítica a la corrupción panista y varios reveses declarativos a un PRI que asegura “sigue siendo el mismo”, fue la ex candidata presidencial del blanquiazul, Josefina Vázquez Mota. Busca la dirigencia nacional del PAN que disputará, sobre todo, a Gustavo Madero. Dicen los que saben que el senador Ernesto Cordero tendrá poco qué hacer.

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