Madero mira a Los Pinos

OPINIÓN 20/08/2014 05:00 Actualizada 05:00

En las aspiraciones políticas personales del líder del PAN, Gustavo Madero, está la candidatura presidencial de su partido para 2018. Desde hace meses opera en ese sentido y ayer lo confirmó al no descartarse durante una entrevista con López Dóriga, quien le había dicho que, igual que AMLO en 2006, nadaba de a muertito para ocultar sus intenciones. “No te puedo decir que sí ni que no, falta mucho (y) en política, tú sabes, son años luz”, le respondió en Radio Fórmula.

Toca a Madero resolver y remontar la crisis que amenaza con fracturar a Acción Nacional, dividido como está entre “maderistas” y “calderonistas”.

Madero se confrontó con Felipe Calderón desde su primer periodo al frente del PAN, liderazgo que inició en la última etapa de la presidencia del michoacano y que interrumpió su tendencia a colocar al frente del partido a incondicionales como Germán Martínez y César Nava.

Después de la derrota en las elecciones presidenciales de 2012 y la caída a tercera fuerza política nacional, Madero encontró en el “Pacto por México” el instrumento político para anclarse desde el poder presidencial y evitar el naufragio partidista.

La decisión profundizó un desencuentro que llegó a choque frontal durante la más reciente renovación de la dirigencia blanquizul, proceso en el que Madero derrotó sobradamente al calderonista Ernesto Cordero, gracias al cobijo político y financiero del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien tampoco quita de su mira política personal la candidatura presidencial panista.

Reelecto en el liderazgo blanquiazul y dado el aval de su partido a las reformas del priísmo liderado por el presidente Enrique Peña Nieto, el dirigente del PAN ha planteado ambiciosos objetivos electorales para el proceso federal del año entrante. Buscará obtener para su partido 35% del total de la votación para disputar al PRI gobernante la condición de primera fuerza política o por lo menos ubicarse como la segunda. En ese sentido, pretende pasar de sus actuales 114 diputaciones a por lo menos 200.

¿De dónde le viene ese optimismo? Pues de las cifras de comicios recientes: el PAN creció 35% en población gobernada —dice— en las 14 elecciones estatales del año pasado; y en este 2014 obtuvo buenos números en las locales de Nayarit, aunque reconoce la paliza que les dieron en Coahuila. Pero con esos resultados ve una tendencia ganadora, que es el sustento de sus objetivos electorales para 2015.

No parece que esa meta ya haya descontado el efecto de los “dipu-tables”, los legisladores panistas, incluido su ex coordinador parlamentario Luis Alberto Villarreal, que organizaron tremenda fiesta con bailarinas de Puerto Vallarta durante una reunión del grupo legislativo.

Aquí se ha sostenido que no se trata de juzgar conductas privadas, sino los dobles discursos y la posibilidad de que el festejo haya sido pagado con fondos públicos, lo que los involucrados niegan aunque hasta el momento no hayan documentado su aserto.

Pero más allá del eterno debate de los vicios privados y las virtudes públicas, la filtración del video de marras golpeó severamente la credibilidad de un PAN ya de por sí abollado. Incluso el ex presidente Calderón dijo al respecto que lo que veía era un proceso de degradación y de descomposición moral y corrupción.

Madero no había respondido directamente. Primero mandó al nuevo coordinador de los diputados panistas, José Isabel Trejo, a decir que el PAN esperaba más solidaridad del ex presidente, quien también tuvo muchas crisis y fue apoyado por su partido.

Y como no le falta razón al diputado Trejo, el líder nacional del PAN se sumó ayer a ese reproche y dijo que lo que haga un grupo de panistas no marca a toda una institución.

Pero el golpe fue severo, más aún porque entre el grupo de legisladores involucrados estaban Villarreal y su vicecoordinador Jorge Villalobos, políticos ambos cuyas carreras no se entienden sin el cobijo de su jefe Madero.

El PAN, por otra parte, cacarea una victoria histórica, la de la aprobación de la reforma energética cuya paternidad se adjudica, que en el fondo interpreta como la de la derrota del cardenismo con la “des-expropiación petrolera”. No se olvide que Acción Nacional nació para oponerse a la política popular y social del general Lázaro Cárdenas.

Pero tampoco se pierda de vista que lo pagado por esa victoria histórica es una derrota igualmente histórica, pues el PAN nació poniendo al ciudadano como su razón de ser. Y es, sin duda, el ciudadano común, el más defraudado después de dos periodos blanquiazules al frente de la Presidencia de la República.

Falta menos de un año para las próximas elecciones federales y francamente no se ve al PAN en su mejor condición competitiva.

Comentarios