Las viejas panzonas

Lydiette Carrión

OPINIÓN 20/04/2016 05:00 Lydiette Carrión Actualizada 10:56

Lo dicen los expertos en violencia familiar y de género: el asesinato de una mujer suele ser el final de una escalada que va desde el maltrato sicológico: bromas, comentarios; luego se pasa a las agresiones físicas, económicas, sexuales: Lo sufren muchas mujeres, y algunas pierden la vida.

Por eso, hay un eslabón entre las bromas misóginas cotidianas y los feminicidios...

Las pequeñas y cotidianas agresiones, los chistes, suelen ilustrar la condición en la que se están desarrollando las relaciones humanas en una comunidad determinada.

Hace poco más de un mes, la joven Ixchel Cisneros, coordinadora de Comunicación del Centro de Comunicación Social, (Cencos) publicó un video en el que demostraba cómo, a sus 20 semanas de embarazo y panza evidente, de 64 viajes en transporte colectivo, sólo en 10 ocasiones le cedieron el asiento.

El video fue retomado por varios medios. Cencos posteriomente publicó un nuevo video en el que retomó algunos comentarios que había generado la nota inicial de la denuncia. Algunos lectores, en vez de solidarizarse, justificaban el no ceder el asiento. Desde aquel que instaba a las mujeres a "comérselos" (SIC) para no embarazarse, o que "cojan con uno que traiga coche", pasando por el "pinches viejas panzonas, nadie las obligó".

Pura misoginia. Miedo y desprecio por la sexualidad de la mujer, y no me detendré en lanzar el sermón de "todos provenimos del vientre de una mujer"; no vale la pena tratar de explicar nada a alguien que se exprese así.
Pero este odio, genera preguntas.

¿Por qué el país de la virgen de Guadalupe, de la Tonantzin, de los homenajes demoledores en el Día de las Madres tiene esta otra cara: la del desprecio? ¿De qué manera se encuentra vinculada esta fuerte figura materna que hay entre los mexicanos, con el hecho de ser uno de los países más misóginos del mundo?

El mexicano, en ciertas circunstancias, ha probado su enorme capacidad de solidaridad. Ahí están las lecciones del temblor del 85 sin ir más lejos. Pero, ¿por qué en el momento actual pareciera que nuestra sociedad se regodea en las manifestaciones más bajas de lo humano? ¿Por qué esa solidaridad a toda prueba ya no existe al ver una mujer embarazada en el metro? ¿Por qué insistir en el insulto, en la grosería, en la denostación para justificar que hemos construido un lodazal en vez de comunidad? ¿Cuál es la relación entre el "pinches viejas panzonas" y la estadística de una mujer asesinada cada 7 minutos?

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