Hacia una seguridad universal

OPINIÓN 20/03/2014 05:00 Actualizada 05:00

Al momento de escribir mi colaboración para El Gráfico, los diputados aprobaron la creación de una pensión universal y un seguro de desempleo para todos los mexicanos. Ahora nos tocará, en el Senado de la República, el estudio, análisis y votación de las reformas propuestas por el Ejecutivo federal.

Esta modificaciones, que eran parte de la reforma hacendaria aprobada por el Congreso de la Unión permitirá, de acuerdo con el dictamen aprobado por la Cámara de Diputados, “garantizar una vejez digna a las personas adultas mayores, así como el establecimiento de un seguro de desempleo para los trabajadores del sector formal que caigan en situación de desempleo”.

Pensión universal. De acuerdo con la minuta, para acceder a la pensión universal los requisitos serán, entre otros: haber cumplido 65 años; residir en territorio nacional; estar inscrito en el Registro Nacional de Población y tener un ingreso inferior a 15 salarios mínimos. El monto se ajustará conforme al índice nacional de precios al consumidor y se incrementará el programa de pensión para adultos mayores hasta el valor de la pensión universal.

Seguro de desempleo. El seguro de desempleo quedará administrado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que aplicarán la Ley del Seguro del Desempleo. Algunos de los requisitos que señala la minuta son: haber cotizado al menos dos años en un periodo de tres años; haber permanecido en condición de desempleo al menos 45 días; no percibir algún otro ingreso, y acreditar los requisitos de programas de promoción, colaboración y capacitación a cargo de la Secretaría de Trabajo.

Un gobierno social. El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en la presentación de la reforma hacendaria afirmó que el propósito es “transitar de la seguridad social, como un derecho laboral, a la seguridad social como un derecho humano. Eso significa pasar de la seguridad social condicionada a un empleo formal, a la seguridad social con cobertura para todos, dejando atrás el enfoque asistencialista de los programas de apoyo a la tercera edad.”

Diversos analistas señalan que si bien el vicepresidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Santiago Levy, trazó en diversos espacios, foros o artículos académicos la seguridad social universal financiada por impuestos y eliminando las cuotas obrero-patronales, el gobierno federal optó por otra fórmula que ha sido cuestionada por diversos actores, ya que echa mano de un mecanismo de contribución solidaria de los trabajadores, los patrones y el gobierno federal.

Se trata de una fórmula en donde los principios de la seguridad social —universalidad, integralidad, solidaridad, redistribución, participación personal y portabilidad— están presentes; una seguridad social en donde se benefician a todos los mexicanos; una seguridad social en donde se respete y valore a los mayores; una seguridad social en donde se proteja a los trabajadores y a las familias cuando enfrenten una situación difícil.

Esto es el reflejo de un gobierno que busca, como fin último, un México incluyente y próspero.

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