Este año que termina trajo grandes cambios. Cambio en la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo. Cambio en la forma de hacer política, privilegiando el diálogo y los consensos. Cambio en un modelo para que México detone el potencial que tenemos como país. Cambio en el diseño institucional. Cambios que permiten iniciar un nuevo ciclo.

Este espacio fue testigo del intenso trabajo legislativo, del rumbo que marcó el presidente Enrique Peña Nieto, y de los cambios que marcan nuestra generación, esta generación que en un año reescribió la historia de México.

AGENDA LEGISLATIVA. Las reformas que aprobamos en el Congreso de la Unión buscarán delinear un rumbo claro para transformar a México y fue posible mediante el Pacto por México, donde los principales partidos políticos encontramos soluciones a necesidades específicas, resultado de complejas negociaciones. La importancia de este acuerdo estribó en el hecho de que decidimos trabajar en conjunto, pues sabemos que el país exigía sumar esfuerzos. El país, los mexicanos, necesitan acciones contundentes basadas en acuerdos.

CAMBIO EDUCATIVO. Señalamos que la educación no consiste en permanecer en un salón de clases, sino lo que sucede dentro de él. El sistema educativo mexicano ha sido muy exitoso en captar y retener alumnos, al menos en los primeros nueve años de escolaridad. Sin embargo, no hemos tenido el mismo éxito mejorando la calidad de la experiencia educativa que sucede dentro de las aulas, como lo ha mostrado el estancamiento en la prueba PISA, que evalúa el desempeño en matemáticas, ciencia e idiomas en estudiantes de secundaria en diferentes países.

CAMBIO TELECOM. La reforma en telecomunicaciones que aprobamos fortaleció el marco jurídico para detonar la competitividad de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Fomentará la competitividad en la radio, televisión, telefonía móvil y fija, así como la banda ancha e internet a través de diversos mecanismos para dar un mejor servicio al menor costo posible. También se creó el Instituto Federal de las Telecomunicaciones, a nivel constitucional, para regular, supervisar y promover el espectro radioeléctrico del país; y dota a la Comisión Federal de Competencia de facultades constitucionales que garantizan la libre competencia. Hoy, el Ifetel lanzó las licitaciones de TV abierta digital para conformar en 2014 dos cadenas con cobertura nacional.

ENERGÉTICA. Aprobamos la modernización y el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos, sin privatizar los activos o las actuales actividades, sin ceder a los particulares áreas de trabajo que corresponden al organismo. Dotamos a Pemex de una mayor autonomía presupuestaria y de gestión para hacerla eficiente.

HACENDARIA. La decisión de aprobar la reforma fue en sintonía con mi convicción de lograr el progreso de nuestro país. El presidente Peña Nieto fue claro al señalar, en la 11a Cumbre de Negocios, que el gobierno llegó “…para hacer transformación y para hacer un ajuste y un cambio. No a administrar la inercia… Quisimos, dentro de la institucionalidad y con orden, impulsar ajustes y cambios, y es lo que hemos venido haciendo.”

POLÍTICA EXTERIOR. La prestigiada revista británica The Economist definió, a mediados de este año, como el Mexico’s moment. El momento de trascender como país. De detonar el verdadero potencial que tenemos. Tomar los retos a los que nos enfrentamos con un modelo de prosperidad económica, política y social. Darle una vuelta de tuerca a la desigualdad, pobreza y marginación.

La agenda fue vasta. Rica en contenido y en definiciones. Hagamos que como país, como nación, este ciclo sea el vehículo para mover a México. Antepongamos el interés superior, ya que el próximo año quizás defina el rumbo de toda una generación. Es nuestro momento de cerrar un ciclo e iniciar otro de prosperidad.

PD. Les deseo, de todo corazón, que el próximo año esté lleno de salud y paz. Por lo pronto, a recargar pilas. Nos volvemos a leer el jueves 8 de enero. Felices fiestas.