‘Cuentas alegres’

OPINIÓN 19/06/2015 05:00 Actualizada 05:00

ENRIQUE PEÑA NIETO atribuyó a las reformas y al entorno de confianza que a su juicio han generado, el que su gobierno, el PRI y aliados hayan obtenido “el respaldo mayoritario en la Cámara de Diputados”. Insistió: el electorado le dio la mayoría al PRI y a sus aliados porque confía y apoya el “proyecto transformador” del gobierno.

No ha habido discurso presidencial durante los últimos días que no incluya datos oficiales con los que sustenta que hay signos alentadores en la economía. Pero ésta, en los hechos, no crece al ritmo que el propio gobierno se planteó. Y no crece, aun con las reformas ya aprobadas. Quizás falte tiempo de maduración, es probable. Pero, por lo pronto, en lo que va del año, ya se ajustó a la baja, hasta en tres ocasiones, el estimado de crecimiento del PIB que hoy está muy por debajo de las previsiones originales.

Por otra parte, cierto es que las diputaciones del PRI, sumadas a las de su satélite, el Verde, y a las de la Nueva Alianza del magisterio, le dan la mayoría, 254 asientos, en la recientemente electa Legislatura 63 de la Cámara de Diputados. Pero cuidado, hay perspectivas numéricas y de representación opacadas por el triunfalismo (aunque se diga que no) con que Peña y su gobierno ‘machacan’ lo bien que dicen les fue en estas elecciones.

Veamos: el padrón electoral de estos comicios fue de poco más de 87 millones 200 mil ciudadanos. Si votaron casi 40 millones, eso quiere decir que 37 millones no votaron. Aún así, el porcentaje de participación es alto en comparación con las anteriores elecciones federales intermedias.

Si usted revisa las cifras, verá que del total de votos emitidos, 11 millones y medio fueron para el PRI, es decir, poco más de 29%. Pero si hace la compulsa con el total de ciudadanos del padrón (87.2 millones), que constituye el 100% de los mexicanos en edad de votar, los 11.6 millones del PRI equivalen a sólo 14%. Por eso, aunque no es una mentira, usar el término “respaldo mayoritario” suena a exageración.

Veámoslo así: el PRI, con 14% de los votos del padrón electoral obtuvo, gracias a sus alianzas, a los cambios hechos a la ley electoral y al control sobre los órganos electorales, una sobrerrepresentación de 52% en la Cámara de Diputados, lo que le permitirá una mayoría (mínima por cierto) para sacar el presupuesto base cero que se viene y todas las leyes que requiera Peña Nieto en la segunda parte de su sexenio, menos reformas constitucionales para las que necesitaría de otra u otras fuerzas políticas, a fin de completar la mayoría calificada requerida de dos tercios de los votos.

En pocas y claras palabras esto quiere decir que Peña Nieto y el PRI estarán gobernando al país con la sexta parte del voto ciudadano, sexta parte a la que ellos le llaman “respaldo mayoritario”. ¿Qué si es legal? Pues sí, pero no es legítimo.

De manera que si sofisma es una razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso, Peña Nieto ha planteado un sofisma. Más claro: hace ‘cuentas alegres’.

2. ACUERDO. Ayer comieron en la Casa Lamm de la colonia Roma, el subsecretario de Gobernación, Roberto Campa y el gobernador de Morelos, Graco Ramírez. Éste ha mostrado reticencias para respaldar un programa federal contra la violencia a las mujeres. Parece que, al final de la comida, salieron con un buen acuerdo. Pronto se anunciará.

3. MORADIGNA. Refiere un lector que las cabezas visibles de este millonario fraude (denunciado aquí desde hace cinco años) han vuelto a las andadas. Otra vez piden cooperación para otorgar financiamiento para una casa. El lector pregunta que si es bueno volver a soltar dinero. Por supuesto que no. Llevan año sacándoselo a la gente sin darles nada a cambio. No lo haga. Es una súper ‘transa’ que sigue impune.

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