No, no todo es petróleo

OPINIÓN 18/07/2013 05:00 Actualizada 05:00

LO QUE SE PROPUSO. Cerrado el capítulo de las elecciones locales, los partidos políticos regresan sus reflectores a la arena legislativa para que discutamos en el Congreso de la Unión reformas que detonarán el potencial que tenemos como país. Y quizá una de las que ha estado en el tintero es la reforma energética. Cuando fui diputada en la LX Legislatura (2006-2009), los coordinadores parlamentarios del PRI tanto de la Cámara de Diputados como de Senadores presentaron la iniciativa de reforma energética.

El PRI en el Congreso de la Unión propuso, a través de una nueva ley, darle impulso a la transición energética no contaminante como la eólica, solar, de biomasa o geotérmica para asegurar el abasto suficiente de energía con el menor impacto sobre el medio ambiente, disminuyendo gradualmente la dependencia del petróleo y aprovechando mejor el potencial que tiene México respecto a las fuentes renovables de energía.

En este espacio he escrito sobre el potencial que tienen los estados del norte para generar energía solar y la posibilidad factible de abastecer a casi todo el país a través de la producción de energía limpia, para abonar en el combate al cambio climático que está afectando al planeta.

TRANSICIÓN ENERGÉTICA. El Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC) publicó la semana pasada un estudio que lleva como título Tres dilemas. Un diagnóstico para el futuro energético de México, en el cual se afirma que de no haber una reforma energética, nuestro país no será energéticamente sustentable. Es decir, “mientras la demanda por energía se incrementó a una tasa anual de 2.08% entre 2000 y 2011, la producción de energía primaria cayó 0.3% cada año”. Y esto se debe a que no hemos logrado revertir nuestra dependencia a la energía eléctrica de origen fósil.

Es necesario que establezcamos, entre algunas propuestas, mecanismos para acelerar la transición energética con el fin de abastecer electricidad proveniente de fuentes renovables; abrir la red eléctrica a productores de energía limpia; facilitar la concertación de proyectos de energía renovable a gran escala; rediseñar subsidios para el consumo de energía sustentable protegiendo a los grupos sociales más vulnerables; dotar de apoyos directos y financiamiento para aquellos hogares que buscan ser responsables con el medio ambiente.

Retomando el estudio del CIDAC, la generación de energía eléctrica aporta alrededor de 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero sin poder hacer nada para disminuir la dependencia que existe y como lo marcan diversas leyes al respecto.

AL DEBATE. Habrá que proponer la modernización y el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos, sin privatizar sus activos o sus actuales actividades, sin ceder a los particulares áreas de trabajo que corresponden al organismo, como los de refinación, almacenamiento y manejo de ductos. Dotemos a Petróleos Mexicanos de una mayor autonomía presupuestaria y de gestión para hacerla eficiente. Entremos al debate sin dejar de lado que estamos ante una crisis energética en donde se necesitan adoptar nuevas fuentes de energía, porque no todo es petróleo.

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