Nueva ola de PRIvatizaciones en la Ciudad

Martí Batres

OPINIÓN 18/03/2016 04:00 Martí Batres Actualizada 14:17

En el Gobierno de la Ciudad de México, como en el federal, predomina una mentalidad privatizadora.

A esta ambición hay que combatirla en la Asamblea Constituyente, donde habrá que evitar que se concrete una segunda generación de privatizaciones que incluirían al agua, el espacio público y el transporte.

Será relevante que, durante el proceso para la constituyente, se detenga a la alianza entre Enrique Peña Nieto, presidente de la República, y Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal, los cuales representan una combinación PRI-vatizadora. Por eso es importante que la ciudadanía participe en el proceso de la Constitución de la Ciudad de México.

Ya sabemos que en el nivel federal existe un proyecto para privatizar el agua, que se encuentra detenido hasta cierto punto por razones político-electorales. Mientras que en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) existe un proyecto similar del gobierno de la ciudad que está ‘durmiendo en la congeladora', esperando mejores tiempos.

Por eso, si en la Constitución de la Ciudad de México no se protege el carácter del agua como derecho humano y servicio público, quedarán abiertas las puertas para que la puedan privatizar, lo que significaría que muchas familias de bajos recursos no tendrían acceso al vital líquido, situación que acentuaría las desigualdades sociales.

No obstante, los planes privatizadores del gobierno local comprenden también al espacio público, tal como querían hacer con avenida Chapultepec, y en el caso del transporte, se intenta privatizar lo único que queda de público, que son la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) y el Servicio de Transportes Eléctricos (STE).

De ahí que se haya emprendido una ofensiva contra los sindicatos de ambos servicios de transporte.

Se busca desprestigiar el servicio público para justificar acciones de privatización y condicionar el servicio a concesiones que garantizan un beneficio a intereses particulares a costa del bien público.
El plan del gobierno es meter concesiones en las líneas que actualmente cubren la RTP y el STE.

Es decir, que hay una seria amenaza de privatización que no sólo viene del PRI, sino del propio Gobierno de la Ciudad de México.

Estos temas son relevantes para la gente de la ciudad, porque en ellos se demuestra la vulnerabilidad ante los embates privatizadores que ponen en riesgo todo lo conseguido por los habitantes de la capital.

Están en riesgo sus logros, sus conquistas y sus derechos; están en riesgo las únicas cosas que quedan como espacios y servicios públicos.

Por eso la gente debe dar la batalla para evitar el retroceso en la Ciudad de México.

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