El nuevo aeropuerto

OPINIÓN 17/12/2014 05:00 Actualizada 05:00

La reincidente pretensión del gobierno federal de construir el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en el municipio de Texcoco, Estado de México, preocupa a todos y todas. Pobladores, académicos, organizaciones sociales y funcionarios locales, carecen de la información, que de acuerdo con la Constitución es un derecho.

La alcaldesa del lugar, Delfina Gómez Álvarez, advirtió que si no le dan a conocer el proyecto de construcción del AICM, su ayuntamiento no autorizará su desarrollo, aunque se encuentre en terrenos propiedad del gobierno federal.

El artículo 115 constitucional establece que los gobiernos municipales están facultados para dar su consentimiento o no a proyectos que se efectúen dentro de su territorio.

Resulta increíble que pasen por encima de las autoridades locales para una decisión que, de realizarse, afectará sin lugar a dudas a la región nororiente, por el impacto urbano ambiental que significa una obra de esta magnitud.

De acuerdo con los estudios realizados por expertos, la problemática social que se podría generar implicaría la expulsión de alrededor de 300 mil habitantes, al despojar de sus parcelas a ejidatarios y propietarios.

Lo que está en riesgo es la viabilidad no sólo del lago de Texcoco, sino de los pueblos originarios de la zona donde se han encontrado gran cantidad de fósiles y que es considerada también como centro de la historia del país.

Los combativos pobladores de San Salvador Atenco alertaron a la comunidad por la innegable presencia de cientos de camiones cargados con tepetate. Estos procesos preliminares de adecuación del área han implicado la invasión de terrenos del pueblo de San Salvador. Esto a pesar incluso, de que los campesinos cuentan con un amparo que les fue concedido.

Se han invertido alrededor de 1,500 millones de pesos en la remodelación de las terminales 1 y 2. Ahora, bajo el pretexto de contar con un nuevo aeropuerto debido a la supuesta “gran demanda” de pasajeros, quieren invertir cerca de 170 mil millones de pesos sobre el suelo lodoso y salitroso de Texcoco.

Hay que tomar en cuenta que el incremento en la demanda de pasaje puede ser ficticia, debido a que nuevamente han concentrado los vuelos en el AICM, en vez de desahogarlos en Toluca.

Se debiera promover el mejoramiento y fortalecimiento de los aeropuertos locales de la zona centro del país, con ello que se generaría un proyecto de desarrollo regional, más acorde con las necesidades reales del país y no con los intereses económicos de la élite.

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