¿Por qué me fue infiel?

OPINIÓN 17/07/2013 05:00 Actualizada 05:00

¿Por qué me fue infiel? Es una de las grandes interrogantes que las mujeres han hecho por años y sobre la cual hay montones de páginas escritas que tratan de dar respuesta.

Desde las disciplinas científicas hasta las filosóficas y sociales, esta conducta ha sido estudiada para averiguar cuál es la razón de la infidelidad masculina y satisfacer la frustración, el enojo y la desilusión de las mujeres.

Sin embargo, hay quienes piensan que no hay que ir tan lejos para saberlo, como es el caso de Steve Harvey, famoso comediante norteamericano, que se dio a la tarea de explicar lo que pasa en la mentalidad masculina sin tapujos y ponerlo en un libro para que todas las féminas nos enteremos.

Para él es claro, los hombres son infieles por una sencilla razón: Pueden, “un hombre puede amar a su esposa, a sus hijos, su hogar, la vida que han construido y tener una conexión física increíble con su mujer y tener sexo con otra porque no tiene el menor significado para él y, además, porque siempre hay una mujer dispuesta a estar con un hombre que ya tiene un compromiso”.

Es más, explica que ellos saben las consecuencias que implica poner el cuerno, el daño colateral, las pérdidas quizá hasta irreparables que acarrea ser descubiertos y lo extremadamente difícil que será volver a ganar la confianza de su pareja engañada y de las personas que la rodean, pero lo hacen porque creen que pueden salirse con la suya, algo muy tentador.

“Por supuesto que pensamos en los riesgos de ser atrapados, pero la mayoría lo hace con plena confianza de que saldrán bien librados y con la seguridad de que si los descubren, dirán mentiras hasta que les crean”, asegura.

Pero una de las confesiones más crudas es cuando pone al descubierto lo bien que los hombres saben cómo sienten y actúan las mujeres enamoradas: “Tenemos la confianza de que si acceden a estar en una relación con nosotros, sus ganas de permanecer serán mayores que las sospechas. Suponemos, además, que serán capaces de minimizarlas porque prefieren aceptarnos con nuestros defectos, que abandonarnos y quedarse solas, porque así lo demuestran a veces”.

Un hombre, explica, siempre querrá justificar lo que hace mal y las excusas varían según la pareja, pero es importante que las mujeres entiendan “que, independientemente de las razones masculinas, él está consciente de que engañar está mal, sabe que no es correcto comprometerse a ser fiel y luego fallar; por ello, no deben culparse por esa infidelidad ya que esa culpa puede bloquearlas e impedir que actúen con naturalidad en relaciones futuras”.

Por otra parte, dice que muchos hombres engañan a sus mujeres porque no sufren las consecuencias, ya que ellas mismas no ponen límites y les perdonan no sólo su infidelidad, sino que les toleran toda una serie de malos y ventajosos comportamientos.

Así, bajo la mentalidad masculina, la infidelidad o la tentación de caer en ella es producto de las fantasías de los caballeros y de los retos que erróneamente consideran una forma de no perder la libertad, por lo cual es sumamente difícil para una mujer evitar que le sea infiel.

Pero no se trata, dice, de solapar estas acciones, “ellas no pueden evitar se engañadas, pero sí pueden hacer que esto sea menor; la forma es sencilla, primero tener la convicción de que los casados o comprometidos no son libres y no hay que meterse con ellos y, además, poner requisitos más altos antes de aceptar a un hombre como pareja”.

Y dice: “Si desde el principio él se da cuenta que no puede jugar con esa mujer porque ella no se lo va a permitir, pensará muy bien mejor no arriesgarse a perderla, pero si sabe que le van a perdonar sus abusos, seguro se arriesgará a ver hasta dónde ella no quiere estar sin el.”

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