Durante la campaña electoral fueron muchas las voces histéricas de diversos políticos y analistas que cuestionaron los ‘spots’ de Morena porque, invariablemente, incluían a López Obrador, sin que siquiera fuera candidato a alguno de los cargos de elección. Y reaccionaban así, no tanto porque tal omnipresencia demuestra, a no dudarlo, una estructura partidaria caudillista que desdibuja liderazgos horizontales, más democráticos; sino porque ven en ellos actos adelantados de campaña de cara a las elecciones presidenciales de 2018.

Gran favor le ha hecho al líder de Morena la decisión de otros ‘suspirantes’ de hacer públicas sus intenciones de buscar la Presidencia.

Es el caso de Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa de Felipe Calderón; y del jefe de gobierno de la ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

La esposa del ex presidente recurrió el domingo a las redes sociales para anunciar con un ‘autodestape’ en video que “en los tiempos que marca la ley electoral” buscará la Presidencia de la República con un proyecto, según dijo, que “reconcilie a los partidos políticos con la ciudadanía” y que “congregue a panistas, claro, pero también a quienes han votado por otras alternativas políticas y a quienes han dejado de creer en los partidos como instrumentos de la democracia”.

El anuncio ha provocado reacciones encontradas dentro del PAN e, incluso, dentro del calderonismo, pero constituyó, sin duda, una inesperada y hábil respuesta al que en la víspera hizo Ricardo Anaya, de buscar la dirigencia nacional del blanquiazul, estación ésta por la que también pasa el proyecto presidencial de la esposa del ex presidente.

Anaya utilizó para su anuncio el escenario mediático que le armó en Puebla el gobernador Rafael Moreno Valle, acompañado de los candidatos panistas ganadores en Querétaro, Francisco Domínguez y Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, así como otras figuras cercanas al actual líder panista Gustavo Madero. Había otros, como Javier Lozano y Roberto Gil, calderonistas, para más señas, que utilizaron el mismo escenario para ‘airear’ las aspiraciones presidenciales de Moreno Valle.

Zavala optó por el ‘videodestape’ a partir de los resultados de recientes encuestas que, según se dice, revelan un buen posicionamiento. Esas encuestas fueron ordenadas por la asociación Desarrollo Humano Sustentable, que dirige su esposo Felipe Calderón.

Es innegable en esto, un capítulo más de la fractura panista y de la guerra entre calderonistas y maderistas que, por lo pronto, ya obligó a que la elección de la presidencia nacional del PAN se adelante al 16 agosto, y a que Gustavo Madero se autodescarte de la carrera presidencial y acepte que las nuevas condiciones (resultados electorales y candidaturas independientes), obligan al blanquiazul a hacer alianzas para la candidatura presidencial de 2018. Alianzas, por supuesto, con otros partidos y no sólo con eventuales candidatos independientes.

Durante el gobierno de Calderón, su esposa Margarita optó por un bajísimo perfil. Lo hizo, se sabe, por decisión personal, pero también porque el ex presidente quiso contrastar la altísima exposición que tuvo Marta Sahagún con Vicente Fox, en aquella vacilada de la pareja presidencial.

La pregunta es si Margarita será capaz de mantener en el mismo bajísimo perfil a Felipe Calderón, si el baño de sangre del gobierno de su marido no se convierte en un fardo para ella y si no pesa en sus aspiraciones la carga de la impunidad en que quedó la muerte de inocentes en el incendio de la Guardería ABC, donde su prima estuvo entre las responsables.

Interrogantes como esas y no el falso argumento del machismo contra la postulación de una mujer, son las que deben procesarse para determinar si Margarita Zavala es un activo del PAN o una buena candidata independiente. Si lo es, como aseguran sus panegiristas, quien esto escribe cree que la ‘caballada’ blanquiazul está muy flaca.

Miguel Ángel Mancera, por su parte, finalmente dio el sí. El líder del PRD, Carlos Navarrete, se había referido a él como un buen prospecto presidencial y el presidente del Senado, Luis Miguel Barbosa, le había pedido que se definiera. Ya lo hizo en una entrevista televisiva: sí quiere, sin olvidar su compromiso con la ciudad de México; sí quiere, sin descartar una candidatura independiente.

Los destapes, a tres años, han sido calificados por Peña Nieto como una expresión de vigor democrático, aunque por lo pronto vedados por Osorio Chong a miembros del gobierno. Para el INE se trata de ciudadanos expresándose libremente. De manera que si esto aplica para Zavala y Mancera, pues alto a las voces histéricas contra López Obrador.