El megafraude Moradigna

OPINIÓN 17/06/2013 01:00 Actualizada 01:00

Desde el primero de junio de 2009, cuando este reportero publicó aquí una serie de tres columnas tituladas “Moradigna: traficantes de esperanzas”, no han dejado de llegar correos o mensajes vía redes sociales, ya sea de defraudados que no acaban de aceptar que durante años les han tomado el pelo o de familiares de las víctimas que ya no saben cómo impedir que sus parientes sigan pagando cuotas mensuales en espera del dinero con que comprarán una residencia.

Fue hace cuatro años y, para entonces, ya habían transcurrido otros cinco desde que al menos 70 mil personas eran estafadas por la asociación civil Moradigna que les ofrecía, como les sigue ofreciendo, fondos concentrados en fideicomisos que se conformaron con recursos supuestamente provenientes del Banco Mundial y la Unión Europea así como las cuotas mensuales y anuales que los afialiados han aportado, y siguen aportando, dinero que cálculos conservadores de entonces estimaban en mil 500 millones de pesos.

Si nos atenemos a que se trata de un fraude continuado que nadie ha podido detener (según nos lo confirma la más reciente comunicación sobre el tema, remitida por la lectora María Elena Luna Precich), el monto de lo defraudado y el número de víctimas sin duda ha crecido. Ella dice en su correo no poder creer que ante tanta evidencia relacionada con este fraude la justicia no haya actuado. Y aquí es pertinente recordar lo que en este mismo espacio se dijo al respecto: los afiliados a Moradigna, o un gran número de ellos, deberían denunciar a los presuntos responsables, pero no lo hacen con la esperanza de por lo menos recuperar los miles y miles de pesos que han pagado en cuotas.

Esta asociación civil, constituida con el permiso 0905084 de la Secretaría de Relaciones Exteriores y con la escritura pública 75563, exige a sus miembros cuotas que van de los mil a los cinco mil pesos, primero para afiliarse con la promesa de recibir al cabo de unos meses entre uno y tres millones de pesos para la construcción de vivienda, y después con el pretexto de agilizar trámites, salvar burocracias, liberar cheques y, en todo momento, para no perder lo aportado ni el derecho a recibir el beneficio ofrecido.

Esas cuotas, por las que solamente en algunos casos se entregan recibos sin validez legal alguna, son cobradas a los afiliados por 42 coordinadores nacionales que las entregan a los dirigentes de Moradigna, a quienes prácticamente nadie ve, pero casi todos temen. Se les conoce como los “cuatro fantásticos” y son el presidente, Eliseo Calderón Rosendo; la tesorera, Karina Berenice Sánchez León Ribadeneyra; la secretaria, Felisa Francisca González Vera; y el vocal, Augusto Gómez Pacheco.

Quien ejerce el verdadero control es Sánchez León Ribadeneyra, quien también se ostenta como apoderada general de Marco Antonio Barroso Arévalo, quien fuera el presidente fundador de Provivienda Mexicana (antecedente de Moradigna) y procesado por fraude con una condena de 50 años de prisión, aunque logró salir de la cárcel en 2008 después de pagar a más de 200 defraudados la cantidad de 114 millones de pesos y obtener el perdón de cada uno de ellos.

Moradigna ha pospuesto en ya innumerables ocasiones el pago de los recursos prometidos con pretextos que llevan de por medio el pago de más cuotas.

A pesar de que la más elemental suspicacia y el hecho de que en casi nueve años no se ha entregado un solo centavo a los afiliados, hace ver que estamos ante una estafa; muchos de los involucrados siguen siendo crédulos, lo que se explica, primero, porque se niegan a que muera la esperanza que en ellos sembró Moradigna, y segundo, porque ya es mucho el dinero que han entregado en ese proyecto y se niegan a perderlo.

El secreto bancario y fiduciario impide que se pueda acceder a información respecto a la existencia de los citados fideicomisos, razón por la cual la Comisión Nacional Bancaria y de Valores remite a las instituciones bancarias para obtener la información solicitada. Éstas también se niegan a dar públicamente información por el secreto bancario, pero fuentes de alto nivel del banco, que tiene importantes cuentas de Moradigna, desconocen la existencia de dichos fideicomisos.

En ese sentido, por medio de los mecanismos de acceso a la información pública, también se ha podido desechar que Provivienda México, antecedente de Moradigna, sea beneficiaria de fideicomisos del sector público, según lo hicieron saber la Presidencia de la República (solicitud de información 0210000054108 con fecha de respuesta 29/04/08), la Secretaría de Gobernación (solicitud de información 0000400078108 con fecha de respuesta 04/06/08), la Secretaría de Educación Pública (solicitud de información 000100184508 con fecha de respuesta (06/06/08) y la Secretaría de Hacienda (solicitud de información 0000600102808). En este último documento, la Procuraduría Fiscal desconoce fideicomisos en litigio. ([email protected]) (Twitter: @RaulRodríguezC)

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