Estamos de acuerdo

OPINIÓN 17/03/2016 04:00 Actualizada 04:00

Hoy en día es innegable el importante rol que jugamos las mujeres en el núcleo familiar, en artes y cultura, educación, trabajo productivo y la salud. Sin embargo, aún existen áreas donde las mexicanas no estamos plenamente incluidas, por ejemplo, en distintos órganos de decisión política.

Es cierto que las mujeres tenemos una fuerte presencia en el Congreso de la Unión, alcanzando el 44.4% de la representación en la Cámara de Diputados y el 37.5% en el Senado, pero estamos subrepresentadas en la mayoría de los congresos locales. Actualmente, sólo tenemos a una mujer que ejerce el cargo de gobernadora, y peor aún, únicamente 7 de cada 100 municipios son representados por mujeres.

No tenemos a una mujer dirigiendo alguno de los partidos políticos. De un total de 19 dependencias del Gobierno Federal, sólo tres son sus titulares -Claudia Ruiz Massieu, Rosario Robles y Arely Gómez-. El Pleno de la Corte únicamente tiene a dos mujeres, de un total de 11 ministros. En el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, tenemos una reducida presencia con tres mujeres de 12 posibles lugares.

En el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), hay dos mujeres de seis consejeros que integran su Pleno, en la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) tenemos a una mujer de un total de seis integrantes, y en el IFAI, hay tres mujeres en su Consejo General de un total de siete lugares.

Las mujeres no somos mayoría en las instituciones políticas. Aún hay muchas inequidades en el acceso de las mujeres al poder público, a pesar de que somos el sector poblacional más grande, tres millones más que los hombres.

¿Hay violencia política en contra de las mujeres?
Lamentablemente, sí. En los partidos, sobre todo en el ámbito local, se nos siguen negando candidaturas, nos ponen obstáculos para acceder a recursos, se nos obliga a renunciar a nuestros cargos para dejárselos a un hombre, se descalifican propuestas, se nos induce a tomar decisiones e, incluso, se nos agrede verbalmente.

Falta mucho trabajo por realizar para alcanzar el empoderamiento de la mujer en México y lograr la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres. Este es uno de los temas que estamos abordando en el 60º periodo de Sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, CSW60, organizada por las Naciones Unidas en Nueva York.

Como parte de la delegación mexicana que participa en tan importante evento y como senadora de la República, he destacado los grandes avances legislativos en México, por ejemplo, el que hoy tenemos una reforma constitucional para lograr que los partidos políticos garanticen el 50% de las candidaturas a legisladores a las mujeres. Asimismo, todas las reformas a leyes secundarias contra la violencia de género y la igualdad entre hombres y mujeres, o la propia creación de la Unidad de Género de la Cámara de Senadores.

Una mención especial tendremos que hacer a la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, de poner en marcha el Protocolo para Atender la Violencia Política contra de las Mujeres; también todas aquellas acciones transversales que realiza la Secretaria de Relaciones Exteriores con el Inmujeres.

Me quedo con un buen sabor de boca de estar participando en la CSW60, sin duda; he tenido la oportunidad de escuchar e intercambiar opiniones con legisladoras de todas partes del mundo, en torno de lo que se necesita hacer para alcanzar una igualdad sustantiva. Por ello, retomo sus experiencias con el compromiso de impulsar las leyes que permitan construir un México más justo y equitativo para las mujeres.

*Senadora de la República, Presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables.
@LiliaMerodio
liliamerodioreza
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