Ciencia hasta la cocina

OPINIÓN 17/02/2015 05:00 Actualizada 05:00

La ciencia es una actividad humana cuyo principal motor es cuestionar el aparente orden de la naturaleza del universo y de la sociedad humana. Los saberes, por su parte, surgen de la experiencia histórica acumulada por los pueblos a lo largo del tiempo, pero la ciencia no se ocupa de ellos excepto cuando pretenden ocupar el lugar de la verdad, es decir, el de la comprobación fuera de toda duda razonable.

Hay casos en que las creencias y los saberes se compaginan en una especie de sistema cerrado, en los que las explicaciones van del pensamiento mágico al sentido común. Por ejemplo, el empacho es un síntoma (en realidad es una serie de síntomas que se pueden relacionar con una variedad de dolencias) que popularmente considera un determinado malestar estomacal que, según esa misma conseja popular, se cura jalando el pellejito de la espalda baja del empachado.

Esto en cuanto a las ciencias naturales, pero entre las ciencias sociales —como la antropología, la sociología e incluso la economía— y las humanidades existe un auténtico interés por rescatar esos saberes tradicionales y tratarlos desde un enfoque científico.

Asimismo, hay un trabajo intenso desde las ciencias en favor del rescate de la riqueza histórica e inmaterial de los pueblos y las culturas del planeta, como la iniciativa del Programa Memoria del Mundo, que impulsa la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco) y que buscan “salvaguardar el patrimonio cultural de los pueblos, asegurando su conservación y difusión. Como parte de su presencia a nivel global, el programa posee representación en nuestro país a través del Comité Mexicano Memoria del Mundo (CMMM)”, según se lee en: http://comitemexicano-mow.ucol.mx/

El próximo domingo 22 de febrero, en el marco de la Feria Internacional del Libro, en el Palacio de Minería se presentarán los proyectos que el CMMM considera patrimonio cultural nacional.

Entre estos proyectos, donde también están producciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), destaca la colección ‘El cocinero mexicano 1831’, considerado el recetario más importante de México durante el siglo XIX y que reúne recetas de influencia indígenas, criolla, francesa, española e inglesa.

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