Iguala, el otoño mexicano

OPINIÓN 16/10/2014 05:00 Actualizada 05:00

La falta de contundencia en la actuación de las autoridades federales ante el caso de la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, Guerrero, comienza a calentar los ánimos de la protesta. El lunes pasado, en la protesta de la CETEG en Chilpancingo, bañaron con gasolina el edificio Tierra Caliente, nombrado así en honor a una de las regiones del estado de Guerrero, y después le lanzaron un cerillo. Los maestros piden la renuncia del gobernador Ángel Aguirre.

Ya apareció otra vez el grupo de choque en las sede de la PGR en Reforma y Río Neva, ¿será esta la respuesta de Bejarano a la solicitud que le extendió la Procuraduría para que se presente a declarar todo lo que sabe respecto a José Luis Abarca y otros presidentes municipales de Guerrero ligados al crimen organizado? Recordemos que los causantes de destrozos en negocios y edificios del corredor Reforma-Madero han sido identificados como parte del Frente Oriente y se les señala como cercanos al Señor de las Ligas.

Ayer, estudiantes del Poli, de la Metro y de la UNAM protestaron afuera de la PGR para exigir que se resuelva la desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa. Después comenzaron a volar piedras hacia el edificio. Los estudiantes comenzaron a retirarse y se quedaron quienes con violencia desbordaron su indignación.

El tacto que ha tenido el gobierno para manejar este lamentable caso ha sido nulo, especialmente cuando se dio a conocer la noticia de que los cuerpos encontrados en las cinco fosas clandestinas no pertenecen a los normalistas desaparecidos, como si aquello fuera un alivio. Ni la PGR ni el gobierno de Guerrero dieron a conocer la identidad de los fallecidos, como si se tratara de víctimas de segunda o tercera categoría.

El gobernador Ángel Aguirre y la dirigencia perredista han dedicado buena parte de sus esfuerzos a deslindarse de la barbarie y a aferrarse hasta con las uñas al poder en Guerrero. Por lo pronto, la embajada de Estados Unidos en México advirtió a sus ciudadanos que eviten viajar a cualquier destino de Guerrero salvo que sea necesario y les pidió tomar precauciones en caso de viajar a Acapulco, Ixtapa, Taxco y las grutas de Cacahuamilpa. Y dicha alerta es sólo una muestra del deterioro de la imagen de México en el mundo, ya que los gobiernos de Alemania y el Reino Unido se han pronunciado de manera similar.

Periscopio

Pareciera que el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, aprovecha el río revuelto causado por la crisis de seguridad en Guerrero para sacar el garrote contra sus detractores. Permanece detenido el activista Adán Xicale, el abogado que se opone a la construcción del parque de las Siete Culturas al pie de la pirámide de Cholula. A decir de los activistas del Círculo de Defensa de Cholula, suman 16 activistas desaparecidos en Puebla.

En el radar

Se busca oficial menor. Miguel Ángel Mancera no tiene prisa por nombrar al reemplazo del corrupto Édgar Arturo González Rojas, pero tampoco tiene suficientes candidatos de confianza, uno de ellos es Julio César Serna, personaje de largas uñas que fue colocado como director de la Central de Abasto capitalina, porque ahí corre el dinero en efectivo y la transparencia no es precisamente algo que se encuentre en los pasillos de tan grande mercado. Sin embargo, desde la llegada de Serna a la Ceda se ha deteriorado la calidad en los servicios que ofrece el gobierno, como los estacionamientos y la seguridad de comerciantes y compradores. De concretarse su nombramiento en la Oficialía Mayor del GDF resultaría peor el remedio que la enfermedad.

Bitácora de lo absurdo

"Si la realidad no se adapta a mi pensamiento, peor para la realidad", dijo Jesús Ortega en septiembre pasado, aludiendo a quienes criticaron el proceso interno de elección de consejeros nacionales del PRD que posteriormente llevaron a Carlos Navarrete a la presidencia del CEN amarillo. La realidad en Iguala, Guerrero, ha rebasado por mucho los argumentos en defensa del insostenible gobernador Ángel Aguirre. Y es verdad, la elección perrredista no fue un cochinero, ahora el partido que fundó Cuauhtémoc Cárdenas es un chiquero. Pobre realidad.

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