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OPINIÓN 16/10/2013 05:00 Actualizada 05:00

La idea de que el ejercicio es fuente de salud, además de que ayuda a verse y sentirse bien, gana terreno diariamente, sobre todo porque se sabe que ayuda a prevenir males como la diabetes tipo 2, según un estudio del Centro de Diabetes de la Universidad de Lund (Suecia), dirigido por Tina Rônn y Cajsa Davegârdh.

Los especialistas demostraron que hacer ejercicio y una dieta equilibrada pueden influir en cambios del DNA y hacer que una persona con herencia diabética pueda cortar esa cadena de transmisión de una enfermedad tan peligrosa.

El ejercicio quema la grasa y va más allá del nivel celular, cambia la expresión genética hasta hacer que una enfermedad como la diabetes mellitus tipo 2 ya no se desarrolle e, incluso, que no se herede.

También la dieta ayuda

No hacer ejercicio aumenta las calorías, hace que la persona sea gorda y aterrice en enfermedades más peligrosas y graves como la diabetes”, señalan.

El estudio destaca que el desequilibrio energético se ha asociado con factores como el sedentarismo.

La reducción del ejercicio y la ausencia de una dieta adecuada se han relacionado con el desarrollo de obesidad y otros problemas de salud como los cardiovasculares, lo que hace que las grasas jueguen un papel central en el desarrollo de estas enfermedades.

Por ejemplo, explican que la diabetes tipo 2 es causada por una compleja interacción de factores heredofamiliares y de estilo de vida.

Los individuos con alto riesgo de desarrollarla pueden beneficiarse de intervenciones no farmacológicas, como una dieta correcta, sin faltar el ejercicio.

Muestra efectiva

Para el caso, reclutaron a 23 hombres de unos 35 años en buen estado de salud, sedentarios y que tuvieran historia familiar de diabetes y se les pidió que realizaran actividad física regular durante seis meses (tres sesiones semanales).

Se les tomó una biopsia de grasa abdominal al principio y al final del estudio para medir el nivel de expresión de los genes en estas células, y lo que observaron fue que el ejercicio pudo cambiar la expresión de los genes del tejido adiposo (grasa) de forma positiva.

Después del ejercicio se observaron mayores niveles de metilación del ADN, que es la regulación de los genes y pudo provocar alteraciones en la transcripción genética.

Los expertos concluyeron que la influencia de la actividad física no se limita únicamente a las células de grasa, sino a todo el metabolismo, dando como resultado que éste funcione de manera equilibrada y bien.

Observaron una reducción de la pro-porción de cintura y cadera, un aumento de la condición física, así como una disminución de la presión arterial y de riesgo para las enfermedades cardiovasculares y diabetes.

Datos científicos

Según los especialistas, este descubrimiento podría explicar en parte el efecto benéfico de la actividad física en modificación de la expresión genética a nivel de las células de grasa.

Para ellos el ejercicio es importante para la salud, incluyendo el mantenimiento del peso, ya que ayuda a mantener el peso corporal, adecuados valores de presión arterial, de triglicéridos y colesterol.

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