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OPINIÓN 16/10/2013 05:00 Actualizada 05:00

MÉTODO DE PRESIÓN Para evitar que las recomendaciones realizadas por la Comisión de Derecho Humanos del Distrito Federal sean tomadas como un llamado a misa, ayer en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se propusieron reformas para que los funcionarios que no las atiendan comparezcan ante los diputados y explique los porqués. Y es que hasta ahora, los órganos de gobierno o funcionarios en particular pueden rechazar lo dicho por la CDHDF o ignorar cuando el órgano identifica alguna mala conducta en su actuar, y pocas veces el asunto escala más allá. De cualquier manera, de aprobarse estos cambios, se necesita que desaparezca la complicidad para protegerse entre políticos de una misma filiación partidista, porque si esto no se modifica, de poco servirán las reformas.

CUANDO LA EDUCACIÓN NO ES SUFICENTE Ayer, en la Cámara de Diputados se aprobaron modificaciones a su reglamento interno para restringir la labor de los cabilderos en San Lázaro, y prohibir que los legisladores reciban “dádivas” —en especie o efectivo— por parte de los negociadores de empresas privadas para influir en las decisiones legislativas. El dictamen, aprobado por unanimidad con 457 votos, también va contra el tráfico de influencias y establece que ningún familiar de los diputados —hasta en cuarto grado— ni su personal de apoyo podrán realizar trabajo de cabildeo en San Lázaro, lo que incluye a padres, hijos, hermanos, abuelos, nietos, tíos, e inclusive primos. Lo que no deberían hacer los diputados por educación o ética, se debe regular y sancionar en papel, pues seguramente son de carne débil y no les bastan sus abultados salarios para no ser sobornados por intereses privados.

DE CERCA Muy platicadores estuvieron ayer el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera y el presidente de México, Enrique Peña Nieto, durante el foro “Sumemos causas por la seguridad, ciudadanos + policías”. Por la postura política de los titulares del GDF, resulta curioso verlos junto al Ejecutivo federal. Sobre todo, por lo que debe opinar uno de sus líderes y gurús: Andrés Manuel López Obrador. Todo sea por lana para la capital.

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