El desalojo y la crisis de los maestros

OPINIÓN 16/09/2013 05:00 Actualizada 05:00

Finalmente, se impuso la opción preferencial por la fuerza y el Zócalo fue desalojado por la Policía Federal el viernes pasado para que Enrique Peña Nieto diera anoche su primer “Grito” como Presidente y encabece hoy el desfile militar de la Independencia. No iba a cederle a nadie el corazón simbólico del país, ni a negárselo y disgustar a las Fuerzas Armadas que comanda, justo el año del centenario de la fundación del Ejército.

El gobierno federal optó por resolver con la fuerza la urgencia de la coyuntura política, sin que eso solucione la radicalizada oposición a la reforma educativa de la disidencia magisterial; conflicto al que, por el contrario, atiza, expande y agrava. Además, polarizó el ánimo social al concitar el apoyo de quienes claman por el uso de la fuerza pública para recuperar el orden y quienes repudian la “represión” como respuesta a la protesta social.

El viernes pasado, en la madrugada, corría el rumor entre la CNTE que serían desalojados. Convocaron a otros grupos y organizaciones a sumarse a la defensa de la plaza. Horas antes había terminado una reunión en Gobernación en la que no se movieron las posiciones confrontadas en el fondo del conflicto: el No a la reforma educativa de la CNTE y el Sí del gobierno de Peña Nieto. Se atendieron otros temas como el del desalojo del Zócalo para permitir Grito y desfile. Los líderes hablaron con sus bases de lo planteado en el encuentro. Secciones de Michoacán, por ejemplo, decidieron moverse hacia el Monumento a la Revolución, espacio ofrecido por el GDF para que continuaran su plantón. Pero otras, sobre todo la 22 de Oaxaca y la 9 y la 11 del DF, decidieron tratar el asunto al mediodía del viernes. Decidieron permanecer al desconfiar de sus líderes.

A la una y media de la tarde aparecieron por 20 de Noviembre granaderos y agentes de la Policía Federal. Con ellos, Héctor Serrano, secretario de Gobierno capitalino y Enrique Galindo, comisionado general de la Policía Federal. Avanzaron hasta 20 de Noviembre y Venustiano Carranza, donde les hicieron saber que tenían hasta las cuatro de la tarde para retirarse.

En ese lapso muchos otros maestros decidieron salir del Zócalo. Otros, apoyados por los llamados grupos anarquistas, decidieron permanecer. Se apoderaron de un trascabo para poner una barricada sobre 20 de Noviembre apoyada de fogatas prendidas con plásticos y desechos del campamento que impedían la visibilidad de los helicópteros del GDF y la PF que ya sobrevolaban la zona. De algunas vallas metálicas del Zócalo cortaron tubos. También consiguieron palos, rompieron el pavimento para hacer acopio de piedras y reunieron pequeños tanques de gas para armar improvisados lanzallamas.

Vencido el plazo, a las cuatro de la tarde, ya eran muy pocos los disidentes que ahí permanecían en relación con los casi 20 mil que llegaron a concentrarse en los 25 días de campamento. Los que quedaron y los jóvenes anarquistas plantaron cara en 20 de Noviembre, pero a las cuatro de la tarde con 15 minutos, contingentes de la PF apoyados con tanquetas antidisturbios lanza agua —que nunca se habían usado en disturbios de esta naturaleza en la ciudad de México— les salieron por la retaguardia, desde la calle de Moneda, a un lado de Palacio Nacional.

En cinco minutos barrieron el Zócalo. Las tanquetas sofocaron fogatas. Maestros y anarquistas corrieron por 20 de Noviembre y Venustiano Carranza. En la retirada lanzaban piedras y cohetones. Los federales con toletes, espinilleras, rodilleras, petos antibala y cascos avanzaban y respondían intermitentemente con granadas lacrimógenas. El cerco se cerró en el Eje Lázaro Cárdenas. Varias decenas de los manifestantes quedaron encapsulados por los policías. Según se veía, algunos fueron subidos a camionetas, mientras que las ambulancias atendían a civiles descalabrados y policías lastimados. El Comité Cerezo México advirtió de la posible consignación de tres de los detenidos en la PGR, en Camarones.

La CNTE realizó ayer lo que denominó una megamarcha de desagravio. Lo hizo de la Estela de Luz al Monumento a la Revolución, donde se han reconcentrado. Anunció también que este martes 17 recuperará el Zócalo y convocó a un nuevo paro cívico nacional para el jueves 19 y el viernes 20. El conflicto parece escalar y la protesta magisterial transformarse en un movimiento al que podrían sumarse otras expresiones opositoras a las llamadas reformas estructurales. ([email protected]) (Twitter: @Raul RodríguezC).

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