Un tigre que hace miau

LEO AGUSTO

OPINIÓN 16/05/2018 07:36 LEO AGUSTO Actualizada 15:36

Como parte de la coalición Juntos haremos historia, el PES lanzó un spot donde vemos a un tigre con saco, sin corbata y barbitas de peluche lanzando juicios históricos contra el sistema político mexicano. El personaje es una fina mezcla entre el mismísimo Shere Khan de Rudyard Kipling y el Tigger de Alan Alexander Milne: “El tigre no tiene miedo, señores, y ya despertamos, grrrr (sic)”, consigna el remate de la propaganda de Encuentro Social. 

La referencia al tigre es por la metáfora utilizada por Manuel Andrés López Obrador cuando sacó de la chistera al felino frente a los banqueros mexicanos: “Si se atreven a hacer un fraude electoral, yo me voy a Palenque y a ver quién va a amarrar al tigre”, sentenció el tabasqueño, ante la posibilidad de que la elección del próximo 1 de julio no sea limpia. La expresión fue con el tono de una amenaza, pero en realidad fue un diagnóstico del profundo malestar social, producto de la corrupción, la impunidad y el deterioro de la calidad de vida de la mayoría de los mexicanos en los últimos años. Nada que usted no sepa o haya vivido.

Respecto al mentado tigre, se ha dicho que hay un antecedente histórico con la figura. El 31 de mayo de 1911, Porfirio Díaz dijo a Victoriano Huerta, antes de partir del Puerto de Veracruz hacia el exilio en Francia: “Madero ha soltado al tigre, ahora veremos si puede controlarlo”. La historia demuestra que efectivamente Madero no pudo controlarlo, pero tampoco Huerta. Fue hasta que se institucionalizó la Revolución Mexicana que el tigre se calmó. Pero no del todo. 

El tigre no es una botarga que se muestra amenazante a cuadro en un comercial, como si no hubiera comido su ración diaria de leche con hojuelas de maíz azucaradas. Tampoco es la base social de un partido político religioso de extrema derecha que busca con oportunismo hacerse del poder. El tigre es “la bola”, ese personaje colectivo de la novela de finales del siglo XIX de Emilio Rabasa. Una bola de intereses y voluntades donde el enemigo común es la clase política, mas la ideología no es común. Igualito que en este proceso electoral.

Por ello, es peligroso que Encuentro Social se asuma como la representación total y estandarte de dicho descontento. Algo debería decirles la intención de voto de un dígito que tiene el PES en las encuestas. El tigre es el rugido de un país ante la injusticia que ha encontrado en López Obrador una salida ante la crisis nacional. Y después de la elección, le exigirá resultados pronto. La expectativa es mucho más alta que la generada por Vicente Fox en el año 2000. 

Así que antes del triunfalismo, en el PES deberían tomar nota que el felino es mucho más grande y viejo que el movimiento del candidato López Obrador. Valdría la pena que lo hicieran para que la realidad no les sorprenda como al tigre de Santa Julia y reaccionen como lindos gatitos ante el reclamo social que va en aumento, para que luego no nos salgan con reproches hacia los críticos en la sociedad civil, como en la canción ¿En qué fallé?, de los Tigres del Norte: “Tú me la aconsejaste, me la echaste a perder. Y lo peor fue que la enviciaste, qué malo debes de ser”. 

Periscopio. Terminó la pasarela de punteros en los programas de la temporada electoral. El lunes se transmitió en Milenio TV la entrevista colectiva que ofreció Ricardo Anaya a Carlos Marín, Jesús Silva-Herzog, Héctor Aguilar Camín, Juan Pablo Becerra y Azucena Uresti.

Por el trato que recibió el candidato del Frente, de segundo lugar, se deduce la postura del medio de comunicación, pero también la escasa posibilidad de que Anaya tenga la capacidad de convocar al voto útil, incluso, con una alianza con Margarita Zavala, que poco podrá sumar con los cinco puntos de preferencia que trae en intenciones de voto. 

En el radar. Una encuesta de El Financiero, publicada el lunes, pone a AMLO con ventaja de 20 puntos sobre Anaya. Revelador que el 30% no ha decidido su voto. El debate del domingo en Tijuana decantará una parte de esa cifra hacia el vencedor. 

Twitter @LeoAgusto

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