La doble moral del ‘city manager’

RAÚL RODRÍGUEZ CORTÉS

OPINIÓN 16/05/2016 15:01 RAÚL RODRÍGUEZ CORTÉS Actualizada 15:02

El llamado ‘city manager’ de Miguel Hidalgo, en la Ciudad de México, Arne aus den Ruthen, no predica con el ejemplo. El panista, quien vende una imagen de gran defensor de la legalidad con sus denuncias en Periscope y otras redes sociales, construye ilegalmente un edificio, muy cerca de la sede de la delegación en que trabaja. Historia ésta de la doble moral de mucha de la militancia de Acción Nacional.

 El inmueble está ubicado en la calle General Tiburcio Montiel 19, de la colonia San Miguel Chapultepec, y viola la Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal y el reglamento correspondiente.

 De acuerdo con las normas de dicho ordenamiento, a ese predio sólo les está permitida la construcción de edificios de tres pisos. El de Arne tiene ocho niveles, según se corrobora al verlo. Esto quiere decir que más de la mitad del inmueble se construyó fuera de la ley.

 De acuerdo con la certificación de uso de suelo que expide la Secretaría del Desarrollo Urbano y Vivienda de la ciudad de México, el predio de Arne está en la “zonificación H/3/30/B”, es decir, zona habitacional de no más de tres pisos de construcción.

 En el exterior de la obra no se exhibe el letrero que manifieste su realización, lo que constituye otra violación flagrante pues el Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal exige en la fracción sexta del artículo 35 “colocar en la obra, en lugar visible y legible desde la vía pública, un letrero con su nombre y, en su caso, el de los corresponsables y su número de registro, número de registro de manifestación de construcción especial, la vigencia, tipo y uso de la obra y ubicación de la misma”.

 A solicitud expresa para conocer a nombre de quién está el predio en referencia, el Registro Público de la Propiedad respondió que no tiene antecedentes registrales, pero los vecinos de la colonia San Miguel Chapultepec refieren que en la década de los setenta, el inmueble de general Tiburcio Montiel 19 albergaba a la farmacéutica “Atlantis Pharma”, cuyo dueño era el padre del ‘city manager’ de la Miguel Hidalgo.

 La farmacéutica fue demolida después para dar paso a la construcción de los actuales edificios. “Arne venía antes muy seguido a supervisar la obra, pero ahora lo vemos muy pocas veces por aquí”, dijo un vecino que pidió omitir su nombre para no meterse en líos con quien se asume como el paladín defensor de la legalidad.

 Una foto llegada a esta columna muestra además dos obstáculos colocados frente al número 19 de la calle General Tiburcio Montiel, para impedir que los automóviles se estacionen. Se trata de las barreras que con tanta atingencia Arne se dedica a retirar de otras calles, no de la de su edificio. Para no obstruir el arroyo vehicular.

Instantáneas. 1. NEONAZIS. Los reductos del casi inexistente panismo en la Ciudad de México están plagados de militantes que no ocultan sus tendencias “neonazis”. Aquí le documenté los cónclaves que algunos de ellos realizan con dos fines: cerrar jugosos negocios y reforzar su tendencia ideológica. Tienen saludo, santo y seña. Los ha encabezado el asambleísta y ex delegado en Benito Juárez, Jorge Romero. El actual, Christhian Von Roerich, es parte del grupo. Por eso no deben sorprender los desplantes antisemitas de Romero y sus expresiones de desprecio, por ser judío, contra Salomón Achar, propuesto como consejero honorífico de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Romero negó haberle dicho “pinche judío”, pero es de ‘los que tiran la piedra y esconden la mano’.

2. BUMERANG. Lo dicho por los presidentes del PAN y PRD respecto a que es una falsedad que el crimen organizado presiona a otros partidos para promover el voto a favor del abanderado panista a la gubernatura de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, se les devuelve como bumerang. El candidato perredista, Jorge Valdez, aceptó que, en efecto, el narcotráfico amenazó a todos los partidos, incluso a los que no postularon candidatos a las alcaldías de Hidalgo, Villagrán y Mainero. Es tal la cerrazón de Ricardo Anaya y Agustín Basave, que seguirán con su afán de ‘tapar el sol con un dedo’, aunque luego ‘se les voltee el chirrión por el palito’. Ahí está el caso Abarca, en Iguala.

 

f@RaulRodriguezC

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