Morena o la barbarie

Martí Batres

OPINIÓN 16/01/2018 08:57 Martí Batres Actualizada 16:57

El pasado domingo 14 de enero, diversas personalidades de distintos ámbitos de la vida pública de la Ciudad de México se reunieron para protestar contra la violencia política en Coyoacán. Con la plaza de Santa Catarina como marco, voces como las de Claudia Sheinbaum, el padre Alejandro Solalinde, Bertha Luján, Gabriela Rodríguez, Rafael Barajas “El Fisgón”, Armando Bartra, Ausencio Cruz, María Rojo, John Ackerman y Alejandro Encinas, entre otros, se sumaron para exigir elecciones libres y en paz.

El acto se da luego de los sucesos del pasado 3 de enero donde fueron agredidos personas que acudieron a dos eventos encabezados por Claudia Sheinbaum. La respuesta de la sociedad ante la violencia política fue un rotundo “NO”. En su intervención Rafael Barajas fue lapidario: “Morena o la barbarie”.

Esta postura se debe a que los hechos que desencadenaron este acto de la sociedad civil contra la violencia política fueron tan sólo ‘la gota que derramó el vaso’ y forman parte de una cadena de violencia que lleva años.

En la delegación Coyoacán la violencia contra los opositores lleva años. Morena ha registrado, durante los recientes meses, por lo menos 45 actos de violencia en contra de sus militantes en esa demarcación. Asimismo, Morena ha denunciado actos de violencia en otras delegaciones como Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Venustiano Carranza.

En cada caso se han presentado denuncias ante la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México. Sin embargo, las autoridades no han actuado. Al momento no hay ninguna persona sancionada por actos de violencia política.

En cambio, la Procuraduría ha producido algunas historias de terror:

Dos tipos que en el pasado fueron acusados por robo y delitos sexuales acudieron ante las autoridades ministeriales y dicen que ellos fueron los que agredieron un acto pacífico. La Procuraduría, en lugar de detenerlos, les dice: “señores, cuéntenme su historia” y ésta se convierte en un instrumento para buscar criminalizar a las víctimas de esa violencia. Esa es la Procuraduría de Mancera.

Es la misma Procuraduría que desde hace meses persigue a Alejandro Robles, a quien buscan encarcelar por instrucciones del grupo político que gobierna Coyoacán. Los dirigentes de Morena han solicitado el cese de la persecución y el desistimiento de la acción penal contra Robles. Sin embargo, la respuesta es que no pueden.

Son tan sólo dos historias terroríficas, trágicas, que ilustran la actuación de la Procuraduría en este sexenio.

¿Quién manda en la ciudad? ¿A quién corresponde la dirección del gobierno de esta gran ciudad? ¿Acaso no tiene autoridad el jefe de gobierno ante el grupo político de Coyoacán? ¿El mandatario está subordinado a este grupo o es el propio gobernante quien da instrucciones de actuar así?

Hace unas semanas, hubo quienes se sorprendieron por la alianza entre el PRD y el PAN y dijeron que se trataba de una alianza entre la izquierda y la derecha. No obstante, el uso de la violencia política desmiente esa tesis. En realidad, ese frente es una alianza de derechas, pues el PRD ahora está aún más cargado a ese espectro político, que el propio Acción Nacional. El PRD es la derecha de la Ciudad de México.

Comentarios