Pingüinos motorizados

OPINIÓN 15/11/2013 05:00 Actualizada 05:00

Les confieso que yo sí le saqué... me dio miedo que La Rubelia se enfermara... ¡ja! Me pregunto si les ha pasado alguna vez que mientras van rodando esperan que en cualquier momento se les cruce un pingüino en el camino. A mí, ya.

Hace como cuatro años estudié en una universidad de Santa Fe. Por supuesto, me iba en La Rubelia, no estoy tan loca como para subir a esa zona cuasi imposible en auto o en autobús teniendo a mi poderosa cómplice. Era entre enero y febrero, en el mero apogeo del invierno y tenía clase a las siete “de la madrugada”.

Lo que les pueda contar se queda corto a lo que sentía. Una vez parecía que la cabeza me iba a estallar. Me ponía como 10 kilos de ropa encima... bueno, exagero. Pero en una ocasión me tuve que detener en los puentes la calle De los Poetas para estirar mis piernas, abrir y cerrar las manos, moverme, entrar en calor y confirmar que estaba viva porque ya me estaba poniendo azul, y creía ver en cualquier momento a los pingüinos.

Como podía me volvía a montar a La Rubelia y agarraba el paso, ya con la circulación sanguínea reactivada. Al quitarme el casco y la máscara temía que la nariz y las orejas se me cayeran en trocitos, pero el espejo me confirmaba que ahí seguían.

Acto seguido, caminaba a la primera maquinita de café —ya hasta traía las monedas justas— y me tomaba dos vasitos al hilo en lo que llegaba al salón. Recuerdo que la maestra de italiano me veía entrar temblando y me preguntaba: “¿qué si hace mucho frío allá afuera?”. Sin comentarios.

En época de frío, en ciudades europeas como París, Barcelona y Londres la gente va en sus motonetas muy cuquis y feliz con una especie de capones que se adaptan desde el manubrio para cubrir las manos hasta los tobillos. La primera vez que los vi me imaginé a las capas que usan las abuelitas para taparse cuando están tejiendo. Yo no las he visto en venta acá en chilangolandia, pero cada que subo a Santa Fe en época de frío, ¡ah cómo las envidio!

Lo bueno es que el frente frío número 64725 ya se fue porque este fin de semana tengo una muuuy buena fiesta y La Rubelia ya se está poniendo guapa para irnos juntas y conquistar a “la ciudad de la furia”.

PD. El jueves 21 empieza la ExpoMoto en el World Trade Center. Cada año que voy me siento como niña en una inmensa juguetería, donde no sé para dónde voltear de tanto que hay por ver, en especial, el Museo de la Motocicleta... ufff. Es un lugar donde a cualquiera que te encuentres al paso, seguro entiende tu pasión por el motociclismo... ¡Comprobado!

 

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