Por una mastografía que salve tu vida

OPINIÓN 15/10/2013 05:00 Actualizada 05:00

Una de las herramientas más poderosas para la detección temprana del cáncer de mama es la mastografía, se ha determinado que su uso puede disminuir la mortalidad hasta en 30%, que sumado a las mejoras en el tratamiento, han hecho posible una sobrevida a los 10 años de hasta 77 por ciento.

En México, la introducción de la mastografía es reciente, las instituciones de salud pública del país comenzaron a equipar y capacitar a su personal a partir de 2004 y aún no se tienen los recursos suficientes para realizarla a las 14 millones de mujeres entre los 40 y 69 años de edad. Existen alrededor de 600 mastógrafos en las instituciones del sector, y se esperaría que cada uno de ellos hiciera 50 estudios diarios, sin embargo algunos tienen una productividad menor a los 10 estudios por día, por falta de personal o por baja demanda de la detección.

Para alcanzar una cobertura de 70% de las mujeres de 40 a 69 años de edad cada dos años, se necesitan en el país alrededor de 95 unidades más para la detección del cáncer de mama (con dos mastógrafos fijos y tres unidades móviles cada una) y por lo menos 7 mil plazas nuevas para la contratación de técnicos radiólogos, médicos radiólogos, enfermeras y médicos físicos.

Pero tan importante es la cobertura como la calidad. Para que la mastografía cumpla su noble misión de identificar el cáncer de mama en etapas tempranas, debe ser parte de un programa bien organizado de detección con las siguientes características:

· El personal que toma el estudio debe ser un técnico radiólogo con diploma de una institución de salud reconocida y la capacitación específica en mastografía. Además de ayudar a la mujer a adoptar la posición correcta, los estudios que haga deben ser los adecuados por lo menos en 97 por ciento.

· El equipo de mastografía necesita estar bien calibrado y emitir un mínimo de radiación al tomar la placa.

· Debe existir un estricto control de calidad en la interpretación de las mastografías, de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana 041 y las mejores prácticas internacionales. El radiólogo que lee los estudios debe tener una productividad anual de por lo menos 2 mil mastografías.

· Tanto en instalaciones públicas como privadas, la productividad anual mínima debe ser de 5 mil mastografías anuales para asegurar la suficiente experiencia del personal.

· Los resultados de la mastografía, ya sea en instituciones públicas o privadas, deben ser reportados de manera escrita a la mujer en las primeras tres semanas después de que se realizó el estudio.

· La Norma Oficial Mexicana también marca que cuando la mastografía se realiza en una institución de salud pública y el resultado es anormal, al mismo tiempo que se entrega el resultado debe darse la cita para la siguiente atención.

El problema de una mastografía mal hecha no es sólo que la mujer o la institución gasten recursos sin ningún provecho, implica mucho más, desde la exposición a las radiaciones sin ningún beneficio o la angustia de pensar que se tiene cáncer por un resultado positivo equivocado, hasta lo peor: perder la oportunidad de identificar el cáncer en etapa temprana, cuando las probabilidades de éxito del tratamiento son mejores.

Infórmate sobre tus derechos, acude a tu unidad de salud.

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