Que no se froten las manos

OPINIÓN 15/08/2014 05:00 Actualizada 05:00

La promulgación de las leyes secundarias en materia energética es un agravio para todos los mexicanos. Con su aprobación los legisladores y el gobierno de la República se han puesto de rodillas frente a las transnacionales. Se han rebajado a la categoría de gobernantes bananeros que siguen las instrucciones de los negociadores de las grandes compañías extranjeras. México no merece esta afrenta.

Las reformas tan presumidas por Peña y los legisladores brindan impunidad a las transnacionales. Las libran de obligaciones como el pago de utilidades a los trabajadores y se abre la puerta para la extranjerización de negocios como las gasolineras y de toda la cadena productiva de los hidrocarburos y la electricidad.

Las afectaciones a la ciudadanía son múltiples: se legaliza la ocupación forzada del suelo, la entrega de las tierras de los campesinos en expropiaciones para que se pongan al servicio de las compañías extranjeras. También se eliminan subsidios y se cambian esquemas fiscales, lo que se traducirá en el incremento de precios de los combustibles y de la luz.

Todas estas decisiones se tomaron de espaldas a la ciudadanía. Sin debate, sin consultar a especialistas y sin velar por los intereses de nuestro país, lo que constituye un acto de traición y entreguismo por parte de Peña Nieto y de los legisladores.

No obstante, la privatización de los energéticos no obedece exclusivamente a una concepción ideológica. El motor más importante de la llamada reforma energética es la corrupción. Hay avidez por parte de la clase política de hacer grandes negocios con las petroleras.

Para muestra un botón: todavía no se entrega el primer contrato y los diputados ya disfrutan de “subvenciones extraordinarias” y buscan también aprobarse un bono de retiro “de a millón por diputado” en reconocimiento a su trabajo, como si perjudicar a la mayoría y defraudar la confianza de sus votantes fuera merecedor de reconocimiento alguno.

Sin embargo, el capítulo de la privatización del petróleo aún no se ha terminado. Falta saber qué dice la gente. Morena ya cuenta con un millón 600 mil firmas que la ley requiere para hacer la consulta sobre la llamada reforma energética y todavía hay tiempo para recaudar más apoyo ciudadano. La consulta se va a llevar a cabo, no habrá ningún argumento legal para negar este derecho a la ciudadanía.

Morena cumplirá con todos los requisitos para que el 7 de junio de 2015 se pregunte a la gente si está de acuerdo o no en que se otorguen contratos o concesiones a particulares nacionales o extranjeros para la explotación del petróleo, el gas, la refinación, la petroquímica y la industria eléctrica. Que todavía no se froten las manos. Esta lucha no se ha terminado.

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