Binoculares

OPINIÓN 15/07/2014 05:00 Actualizada 05:00

DEMENCIA A MODO El diputado perredista Eduardo Santillán al parecer anda muy preocupado, o como dicen en el barrio, se quedó ciscado. Y es que ahora dedica parte de su tiempo a denunciar que en la ciudad de México hay 188 bares y antros denominados after hour, aquellos donde la fiesta sigue sin importar la hora, igualitos al “Bar-bar”, que funcionaba y brindaba servicio cuando él era delegado en Álvaro Obregón, donde balearon al futbolista Salvador Cabañas y que, por cierto, clausuró hasta que se dio la agresión. También dejaba funcionar otro antro conocido como “La Corbata”; casualmente hasta ahora, que según él anda legislando, pone cuidado a este tipo de establecimientos que a los funcionarios delegacionales les dejan buenos recursos de manera irregular, con todo y que exista el Invea-DF, que muchas veces “sirve para dos cosas”. Ahora que él ya no es delegado, pide que se hagan exhortos “para llevar a cabo operativos y todas las acciones necesarias para ubicar los lugares denominados after hour en esta capital. De risa sus propuestas.

EL FIESTÓN HABÍA SIDO DE “A GRAPA” Pues ayer el delegado en Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, salió, según él, a “aclarar” parte de los dimes y diretes por la pachanga en la Rotonda de los Personajes Ilustres. Y resulta que aquello, si no se hubiera sabido del fiestón, le habría salido muy baratito a la festejada Claudia Cervantes, pues salvo los pagos que hizo para instalar prácticamente un antro en dicho monumento, no desembolsó ni un quinto por el lugar. El proceso —si a usted lector le interesa hacer algún evento—, es tramitar un permiso ante la delegación, quizá sirva hacerle ojitos al encargado y esperar que su solicitud sea aprobada; si acceden a su petición, las puertas del lugar se abrirán y sólo le restará ser discreto para que nadie se entere de que sus intenciones en realidad no eran buenas. Piénsele para los XV años de la niña o el bautizo del chilpayate.

MATADERO Si en Ecatepec hubiera un porquito de autocrítica en la gestión de gobierno, las autoridades ya hubieran hecho algo para evitar que se sigan matando.

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