La ‘tiendita’ de Ciencias Políticas

OPINIÓN 15/05/2015 05:00 Actualizada 05:00

LA FACULTAD de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM se ha convertido en territorio del ‘narcomenudeo’. Maestros y alumnos han denunciado que desde hace por lo menos 18 meses unos 20 traficantes se apoderaron de los espacios abiertos de la facultad. Ahí venden mariguana y otras drogas. Incluso, lo declaran “su territorio”, sin que las autoridades hagan algo para evitarlo.

Frente al edificio A de la facultad, a un lado del auditorio Ricardo Flores Magón, los traficantes han ubicado su guarida. Los estudiantes aseguran lo que un recorrido por el campus permite confirmar sin lugar a dudas: el olor a mota es permanente y da pista a quienes usan droga para llegar a abastecerse.

Lo que antes se hacía con alguna discreción en la zona de “las islas”, entre Rectoría y la Facultad de Medicina, se trasladó a Ciencias Políticas y se hace abiertamente, siempre a partir de una mal entendida noción de la autonomía como sinónimo de extraterritorialidad.

Junto a la venta de drogas se ha agravado la inseguridad. En el estacionamiento de maestros es frecuente el desvalijamiento de autos y cada vez es mayor el número de quejas de las alumnas que ni siquiera en los baños encuentran ya privacidad. Varias han denunciado que, incluso ahí, son víctimas de ofensas y acoso de gente ajena a la facultad.

Quienes por razones académicas acudimos a nuestra “alma mater” con regularidad, no hemos dejado de denunciar este creciente problema que esta semana fue tema de un amplio reportaje de la revista Proceso y de bien documentados seguimientos periodísticos de Reforma.

Acaso por eso, la UNAM emitió el miércoles un comunicado en el que informa que desde el año pasado las autoridades ministeriales, “a las que sistemáticamente se da cuenta de actividades vinculadas al consumo, venta y distribución de drogas”, iniciaron seis averiguaciones previas en las que están involucradas 46 personas.

Pero la “tiendita” de Ciencias Políticas sigue operando a todo lo que da. La plantilla docente ha notificado el problema, en repetidas ocasiones, al director Fernando Rafael Castañeda Sabido, quien deja todo el peso de la decisión al Consejo Técnico de la facultad. Éste promovió una consulta-encuesta con la comunidad, para determinar qué medidas adoptar. Los resultados deberán conocerse en los próximos días.

Es claro, sin embargo, que la detención de estos delincuentes debe ser ejecutada por policías del DF o federales, lo que, inevitablemente, llevaría a las ya conocidas reacciones de grupos ‘anarcos’ (como los que viven en el auditorio Justo Sierra de Filosofía y Letras, alegando violaciones a la autonomía). En el actual ambiente preelectoral y de crispación social, un problema en la UNAM es lo último que quieren las autoridades federales.

Se trata entonces de una omisión motivada por intereses políticos a los que, por supuesto, deben sumársele los derivados del proceso de sucesión en la UNAM que deberá resolverse en noviembre próximo.

Ahí está otra razón de fondo: el rector José Narro no va a permitir que se le descomponga la UNAM tomando una medida que sería coartada para alegar violaciones a la autonomía. Dicho de manera más clara y resumida: el director de Ciencias Políticas quiere ser Rector y el Rector, secretario de Estado. Así que le apuestan a que el asunto se pudra o, de plano, se olvide.

2. DENUNCIAS. Hoy al mediodía convergerán en Toluca, afuera del Palacio de Gobierno del Estado de México, diversas organizaciones sociales y de pueblos indígenas en lo que han denominado “Fuego de la Digna Resistencia”. Pretenden que el gobernador Eruviel Ávila reciba personalmente una serie de denuncias sobre presuntas violaciones a los derechos humanos. Aseguran que son similares a las ocurridas en Tlatlaya, Coyotepec y Atenco.

3. UNA FELICITACIÓN a los maestros.

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