La hija desobediente

OPINIÓN 15/01/2015 05:00 Actualizada 05:00
"Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más"
Sun Tzu

En mayo de 2004, Felipe Calderón sorprendió a Vicente Fox, su entonces jefe, al destapar sus aspiraciones presidenciales en el rancho Las Palmas, en Tlajomulco, Jalisco, entidad que entonces era uno de los principales bastiones electorales del PAN. Calderón aprovechó el marco de la Cumbre de Jefes de Estado de la Unión Europea, América Latina y el Caribe para ‘robar cámara' y pagó la osadía con su renuncia a la secretaría de Energía. Fox tenía planeado heredarle la silla presidencial a Marta Sahagún y, más tarde, el plan B fue Santiago Creel, ambos fallidos. La anécdota colocó a Calderón en la oposición de su propio partido político y se autodenominó como el "hijo desobediente".

Felipe Calderón es un político que se crece ante la adversidad, forjado desde sus años de juventud dentro de la oposición, en los tiempos del partido único. Como dirían los clásicos: cuando el PRI era el PRI. En el mismo caso, Margarita Zavala, quien ayudó a Calderón a ganar la elección interna presidencial panista en 2005 y después pidió licencia como diputada federal para sumarse a la campaña presidencial. Quizá por eso resultó tan difícil adaptarse a estar del otro lado de la mesa, el gobierno.

En este joven 2015, Margarita Zavala presentó su aspiración para convertirse en diputada federal plurinominal y Gustavo Madero, jefe máximo del PAN, le cerró el paso. En el lugar que aspiraba la ex primera dama quedó Eukid Castañón, cercano al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.

Madero, más cercano a Greta Garbo que a ‘El arte de la guerra', equivocó la estrategia. Al dejar fuera a un cuadro con tanto capital político como Margarita Zavala, no hizo más que crecer su figura y le dio muchísima atención de la prensa, que corrió a buscar sus declaraciones. La derrota, que era previsible al interior del PAN, se convirtió en una victoria política. Por su parte, Madero busca la coordinación parlamentaria del PAN en la siguiente legislatura, la presidencia del partido y la candidatura presidencial de 2018.

Quizá Margarita Zavala actuó de manera precipitada, igual que Felipe Calderón en 2004, al anunciar que buscará la presidencia nacional del PAN en cuanto termine este proceso electoral y se haga pública la convocatoria. Pero el mensaje político de fondo, para los militantes de su partido, fue que no la van a parar, que va por todas y que no buscará una candidatura bajo otras siglas. Seguramente la veremos hacer campaña por Acción Nacional en este proceso electoral desde la marginalidad, por amor al partido político en el que milita desde que era adolescente.

Gustavo Madero olvidó muy pronto que fue Margarita Zavala quien le ayudó a llegar a la presidencia nacional del PAN, a pesar de Calderón. Ahora Madero le ‘cobra una factura' que cree le debe el ex Presidente y deja en evidencia una profunda fractura interna que no cerrará con la clásica ‘operación cicatriz'. El arte de la política ha quedado sometido por los intereses de grupo, tan comunes en otros partidos como el PRD, donde las ‘tribus' se imponen a la democracia.

Aún faltan dos años para que los partidos políticos definan a sus candidatos a la Presidencia. Pero en 2016 habrá elecciones en los Estados Unidos y Hillary Clinton dará la batalla para llegar a la Casa Blanca; el papel de la mujer en la política puede tomar nuevas dimensiones y la ex primera dama seguramente tiene esa variable considerada en su estrategia.

Bitácora de lo absurdo. Declaración de alto andamio por parte del coordinador parlamentario del PAN en San Lázaro, José Isabel Trejo, respecto al revés que le ha propinado a Margarita Zavala al quedar fuera de la lista de aspirantes a diputados por representación proporcional: "Hay que aguantar vara", dijo con poca elegancia y nula elocuencia. Así la democracia trasnochada.

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