Ayotzinapa por partes (3)

OPINIÓN 14/09/2015 05:00 Actualizada 05:00

¿Es posible incinerar 43 cuerpos en un lugar como el basurero de Cocula? Sí es posible. Hacerlo, sin embargo, requiere de ciertas condiciones y tiempos. Y sobre esas condiciones, no hay evidencia científica que se hayan conjugado la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre pasados, cuando ocurrieron los atroces hechos de los normalistas de Ayotzinapa.

Eso es lo que concluye el peritaje sobre la dinámica del fuego en el basurero de Cocula incluido en el Informe del grupo de expertos independientes (GIEI) designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Fundamentan tal conclusión en el peritaje independiente que ellos solicitaron al doctor José Torero, reconocido mundialmente en investigaciones sobre incendios y parte del grupo que investigó el colapso de las Torres Gemelas de Nueva York tras los atentados terroristas de hace catorce años.

La manera en que se habría realizado la incineración, según el tiempo y las circunstancias relatadas en sus declaraciones ministeriales por los presuntos participantes, hacen imposible la hipótesis sostenida por la Procuraduría General de la República.

¿Qué se hubiera requerido para que 43 cuerpos hubieran quedado reducidos a cenizas en un lugar como el basurero de Cocula?

El peritaje de Torero empieza por señalar que la incineración de un cuerpo en las condiciones óptimas para hacerlo, es decir, en un horno crematorio creado para ese fin, se requiere de entre 800 y mil grados por un periodo de 90 a 120 minutos.

Un basurero, por supuesto, no ofrece tales condiciones óptimas, pues la manera más ineficiente de incinerar un cuerpo es al aire libre. En esas condiciones, 30% de la energía se pierde por radiación de llamas hacia alrededores y casi todo el resto asciende por gravedad. De manera que menos de 1% de la energía regresa hacia el material combustible para gasificarlo y mantener la combustión.

El perito establece que, asumiendo que la combustión no se extingue (y lo más probable es que se extinguiría), y que sólo se dispuso de 1% de eficiencia en las condiciones de quemado, serían necesarios entre 20 mil y 40 mil kilos de madera o entre 9 mil y 18 mil kilos de neumáticos a medio consumir.

Torero reconoce que con esos elementos es preciso un diseño de pira que optimiza la transferencia de calor y hace que la energía se dirija a un cuerpo. Lo explica así: se pone abajo material de fácil combustión y abajo unas maderas gruesos y luego otras menos gruesas. Con ventilación adecuada —agrega— el cuerpo desciende hacia el centro y las propias grasas contribuyen a la cremación.

Hasta aquí, cabe precisar, Torero habla de un solo cuerpo, por lo que el desafío de conseguir la cremación aumenta notablemente si se tratara de 43.

Por otra parte, el perito precisa que el procedimiento requiere de madera gruesa y las declaraciones ministeriales refieren que la madera usada tenía entre 10 y 15 centímetros de ancho y en una cantidad limitada ya que la vegetación de la zona se configura más bien por arbustos.

En otra de las declaraciones, la de Miguel Landa Bahena, se dice que usaron de 15 a 10 neumáticos y que el resto fue completado con madera. ¿Sumarán los 9 mil kilos de llantas referido líneas arriba?

El fuego requerido para incinerar en ese basurero 43 cuerpos hubiera sido de tal magnitud que dañaría los sectores aledaños al área del quemado. Además, la cantidad de calor necesaria para reducir a cenizas 43 cuerpos es tal, que la altura de la llama sería de siete metros y la del penacho de humo de 300 metros. La cual, cierto, no pudo ser vista desde lejos, pero el humo sí.

Otra declaración refiere que fue preciso bajar a la hondonada del basurero para atizar el fuego. El perito refiere el valor de 2kW/metro cuadrado como el correspondiente al límite del dolor. Cualquier flujo mayor generaría graves daños a la piel. Ese valor lo rebasarían por mucho las condiciones óptimas de incineración, por lo que el peritaje consideró imposible que alguien pudiera descender a la hondonada del basurero para atizar el fuego.

Y por si algo faltara: las conclusiones del informe del GIEI señalan que los peritajes sobre fuego realizados por la PGR no se hicieron de acuerdo con las reglas internacionales ampliamente aceptadas por la comunidad forense en fuego.

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raulrodriguezcortes.com.mx

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