Un pacto sin resultados

OPINIÓN 14/06/2013 00:00 Actualizada 00:00

A más de seis meses de firmado, el Pacto por México no ha dado un sólo fruto favorable para los mexicanos. Por el contrario, el Pacto ha servido para polarizar más a la sociedad fundamentalmente a través del conflicto en el sector de la educación.

Después del Pacto los mexicanos no viven mejor, los grandes problemas continúan y no se ha abordado ninguno de ellos. Por el contrario la tónica de este acuerdo es igual a la de los sexenios anteriores: de ajuste, de privatizaciones, de costo social, de desnacionalizaciones.

Más aún, el Pacto es un instrumento de retroceso social y de retroceso político ya que ha inducido una nueva modalidad de pensamiento único, ha inhibido la pluralidad, ha congelado el ambiente político, ha desmovilizado la expresiones políticas pluralistas propias de una sociedad democrática, ha sepultado al Congreso como el espacio natural del debate político nacional. Por lo tanto vemos que el Pacto por México es un retroceso.

El tema de telecomunicaciones ejemplifica muy bien lo anterior. Se hizo una reforma para asegurar la pluralidad en cuanto a empresas participantes en el rubro pero asegurando la uniformidad de pensamiento. Las dos nuevas cadenas privadas de televisión que emerjan de tal reforma reproducirán los mismos valores, los mismos temas y tendrán el mismo perfil noticioso y cultural que las que conocemos hoy.

Hacer lo contrario implicaría abrir medios administrados por la sociedad civil, medios administrados por las comunidades, por los universitarios, abiertos a otros enfoques distintos al interés mercantil.

Otros temas que se dejan fuera de la reforma en telecomunicaciones son el derecho de réplica y el acceso universal y gratuito a internet. Es decir, la ciudadanía sigue indefensa ante los medios y, aún más, los jefes del Pacto fueron omisos en al menos intentar acortar la brecha digital que afecta a quienes menos ingresos tienen.

Y, peor aún, se abren las telecomunicaciones 100% a inversión extranjera.

En resumen, la sociedad está fuera del Pacto. De ahí que se mantengan temas pendientes como el de la impunidad y la guerra sucia, que no han sido abordados por el Pacto por México.

Luis Echeverría, por ejemplo, sigue sin ser juzgado, aunque estamos a tiempo de que se le juzgue por la matanza de estudiantes del 10 de junio de 1971.

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