El Pelacas y El Jefe Diego

OPINIÓN 14/02/2014 05:00 Actualizada 05:00

Cuando Diego Fernández de Cevallos desapareció la noche del sábado 15 de mayo de 2010 se especuló, en un primer momento, que fue secuestrado por la guerrilla: un plagio de alto impacto político y de muy buenos dividendos económicos para el grupo subversivo que lo habría llevado a cabo. Pero al día siguiente del secuestro se deslindó el EPR, la guerrilla mejor articulada de las que operan en el país y con capacidad para planear y realizar un secuestro de esta naturaleza.

Entonces, ¿quién secuestró a El Jefe Diego? Otro probable responsable —se decía aquellos días— era el narcotráfico y/o la delincuencia organizada. Pero todo quedó en el aire: la familia del emblemático político panista pidió al gobierno federal desentenderse de investigar el secuestro (delito que, por cierto, se persigue de oficio), para dar paso a una negociación directa con los secuestradores que no pusiera en riesgo la vida del secuestrado.

Cuando Fernández de Cevallos fue liberado la mañana del 20 de diciembre de 2010 y esa misma noche se dejó ver y fotografiar, lucía una barba larguísima aunque perfectamente acicalada. Ni su rostro ni su lenguaje corporal acusaban el desgaste físico, el abatimiento y acaso el dolor de quien ha estado plagiado siete meses, quizás atado y maltratado. De ahí que la gente empezara a especular con un autosecuestro con, sabrá Dios con qué fines, pero seguramente aviesos en el imaginario popular, de un personaje beneficiario sin igual del tráfico de influencias.

A casi cuatro años de aquel secuestro, y en medio de una severa crisis de inseguridad e ingobernabilidad en Michoacán y otros estados como Guerrero, el gobierno captura y muestra a un criminal al que presenta como presunto secuestrador de El Jefe Diego, personaje que, además, según se asegura, tenía niveles de mando en cárteles de la droga y el secuestro.

¿Qué incrimina a Daniel Fernández de la Vega, alias El Pelacas. Ninguna prueba o evidencia que se sepa provenga de una investigación criminal. ¿Quién, entonces? Otro delincuente: Óscar Osvaldo García Montoya, alias La Mano con Ojos o El Compayito, detenido en 2011 en el estado de México. En una entrevista ministerial aseguró que El Pelacas habría sido el secuestrador de Fernández de Cevallos. Y cuando se le preguntó que cómo lo sabía, simplemente contestó que quienes están en la maña se enteran de todas esas cosas. Nada más.

¿Este Pelacas es uno más de los muchísimos lugartenientes, manos derechas, operadores o sicarios mayores de los que ya desde hace años se nos informa a diario que han caído en manos de la justicia ciega?

De acuerdo con información de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Daniel Fernández de la Vega o Daniel Fernández Luna o Daniel Fernández Domínguez o Daniel Fernández Barraza estuvo asociado con Los Zetas al inicio de su carrera criminal. Después se incorporó al cártel de de Sinaloa de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, cuando los hermanos Beltrán Leyva eran sus aliados. Ahí alcanzó un nivel de mando similar al de Sergio Villarreal, El Grande, detenido el 12 de diciembre de 2010.

Con los Beltrán Leyva (ya separados de El Chapo), Daniel Fernández fue muy cercano a su líder Arturo, hasta que éste, apodado el Jefe de Jefes, murió en un tiroteo el 16 de diciembre de 2009 en un exclusivo fraccionamiento de Cuernavaca.

El Pelacas se trasladó entonces a Huixquilucan, estado de México, donde formó la organización criminal La Oficina, dedicada al secuestro, y estableció ahí su centro de operaciones.

El 29 de enero de 2010, la modelo brasileña y estudiante de odontología Pollyanna Melo Viera fue ejecutada dentro de un vehículo en esa localidad mexiquense. La investigación condujo hacia El Pelacas, pareja de Pollyanna. El de ella es sólo uno de los 800 homicidios que se le imputan.

Informes de inteligencia señalan a Fernández de la Vega como un objetivo prioritario por considerarlo un importante interlocutor entre cárteles. Se le relaciona directamente con Rubén Oseguera Cervantes Mencho, líder del cártel de Jalisco Nueva Generación; Héctor Beltrán Leyva, El Ingeniero, e Ismael El Mayo Zambada, del cártel de Sinaloa. Esas tareas de interlocución también las llevó a cabo, en su momento, con El Chango Méndez, líder y fundador de La Familia Michoacana, antecedente de Los Caballeros Templarios.

¡Ufff! De esos mexicanos se habla hoy. ¡Qué rabia! ¡Qué tristeza!

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