Hornos crematorios

OPINIÓN 14/01/2015 05:00 Actualizada 05:00

Desde el pasado mes de diciembre, un equipo de científicos mexicanos encabezados por los doctores en física, Jorge Montemayor Aldrete y Pablo Ugalde, aseguraron que era imposible quemar a los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en el basurero de Cocula en Guerrero, como lo manejó la PGR.

Con base en la información dada a conocer por las autoridades, a partir de las investigaciones de la PGR y las declaraciones de tres supuestos testigos, el equipo de expertos docentes de la UNAM y la UAM aseguró que para poder cremar a 43 personas se requerirían 33 toneladas de troncos de árboles de cuatro pulgadas de diámetro y alrededor de mil llantas que contienen dos y media toneladas de acero.

Los científicos argumentan que la cremación de 43 cadáveres emitiría una columna de humo bastante denso que sería visible desde una distancia lejana y que los residuos de los huesos, madera y llantas pesarían 333 kilogramos.

Los padres de los normalistas sostuvieron que los restos de Alexander Mora Venancio, el único estudiante identificado hasta ahora, fueron sembrados por los funcionarios para darle credibilidad a la versión de los supuestos testigos.

La Secretaría de la Defensa Nacional, Sedena, niega que en sus instalaciones existan hornos crematorios; sin embargo, el mismo Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (Issfam), ofrece el servicio de incineración.

Además, el general José Francisco Gallardo Rodríguez, ex preso político, afirma que a espaldas de la cocina de la prisión del Campo Militar Número Uno, existe un horno crematorio, cuya chimenea se encuentra junto a la de la cocina. El general argumenta que esta prisión se creó para encarcelar a la oposición y que ahí se incineraron los cadáveres de los estudiantes del movimiento del 68. También asevera que ahí se practica la tortura y que en los sótanos tienen encarcelados a civiles. Mientras tanto, el procurador Murillo Karam niega rotundamente que la tortura exista en este país.

¿Habrá alguien que le crea al gobierno? Seguramente que los normalistas y sus familiares, menos que nadie. Por eso, este lunes madres, tías, abuelas y otros familiares de los estudiantes de Ayotzinapa salieron en autobuses de la Normal Rural “Isidro Burgos”, para demandar frente al cuartel militar del 27 Batallón de Infantería de Iguala, para que se les permitiera entrar en busca de sus hijos.

Sin embargo, al llegar se encontraron con que los militares los esperaban con equipos antimotines, entonces los familiares desplegaron las fotografías de los jóvenes desaparecidos y dieron inicio al mitin donde exigieron la aparición con vida de los normalistas, castigar verdaderamente a los responsables y que dejen de mentir las autoridades.

Al concluir, pidieron entrar al cuartel militar. La respuesta fue clara: represión, gases lacrimógenos y piedras. El gobierno se equivoca si cree que el caso está cerrado. Al contrario, la herida está cada vez más abierta.

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