La guerra intestina del PRI

OPINIÓN 13/11/2014 05:00 Actualizada 05:00

Este sábado 15 de noviembre el PRI celebrará su Consejo Político Nacional, se definirán los métodos de selección de candidatos para las diputaciones federales y gubernaturas. Se anticipa que no habrá dedazo de Los Pinos, como se planeaba cuando el grupo Atlacomulco y el aparato cercano al presidente Peña (son lo mismo, pero no son iguales) se encontraban en la "plenitud del pinche poder" (D.R. Fidel Herrera, 2010) tras la aprobación del paquete de reformas estructurales en el Congreso de la Unión.

También, se definirán los distritos electorales federales donde el PRI irá en alianza con el Verde y Nueva Alianza. Para el caso del DF, en Insurgentes y Violeta saben que no hay de otro camino que ir junto con sus dos principales satélites o, de lo contrario, se irán en blanco.

El PRI no celebrará elecciones internas para elegir candidatos, las patadas bajo la mesa son tan fuertes que la vía será la de optar por candidatos de unidad para no desgastar más al partido. Las principales fuerzas al interior se repartirán las posiciones con el fin de mantener el equilibrio; llevan mano los grupos de Don Beltrone y Peña Nieto.

Hace unos meses, la discusión al interior del PRI era: Qué hacer con Manlio, el espectro iba desde el impensable exilio en alguna lejana pero elegante embajada, la presidencia nacional del PRI o el caso extremo de colocarlo en la Secretaría de Gobernación, justo en un momento en que Osorio Chong insistía en que la violencia iba a la baja en todo el país. Ayotzinapa, Tlatlaya y el asesinato de un diputado federal acallaron el discurso oficial. Hoy, con la crisis política, económica y social que vive México, el semanario The Economist juega con la posibilidad de poner al sonorense a despachar desde Bucareli.

En la guerra interna y de baja, pero constante intensidad, que se viene en el PRI no sólo están en juego las candidaturas a las diputaciones federales y las nueve gubernaturas que se decidirán en las urnas el primer domingo de junio de 2015. El grupo priísta que obtenga mayores posiciones llevará mano en la elección del candidato presidencial en 2018.

Periscopio

Respecto a los nefastos tuits que publicó la cuenta de la sucursal Reforma de la cadena de pizzerías 60 Friends, donde un cajero se hizo cargo de la cuenta y expuso sus posturas políticas personales contra las manifestaciones por la desaparición forzada de los 43 estudiantes en Iguala, Guerrero, resulta que uno de los socios más visibles de este negocio, el diputado local del DF, Alberto Cinta (PVEM), tuvo que pagar los platos rotos en las redes sociales. Para muchos encrispados no bastó la disculpa pública que ofreció el corporativo de 60 Friends y llevaron la queja a nivel personal contra el asambleísta. Lo que algunos inquisidores no saben es que su padre, un reconocido abogado por la UNAM y también un importante líder campesino, murió en un extraño accidente aéreo en un sexenio donde este tipo de rarezas le sucedían a los opositores al régimen. Alberto Cinta y su familia son víctimas de la guerra sucia de los años setenta, por lo que entienden mejor que muchos el dolor que sienten los padres de los normalistas de Ayotzinapa.

En el radar

Personas cercanas a Miguel Ángel Mancera comentan en corto que detrás de la decisión del jefe de gobierno del DF de no demandar al Hospital ABC, por la presunta negligencia médica al tratar de controlar la arritmia, existe un acuerdo extrajudicial donde ambas partes resultaron beneficiadas. Una demanda habría fulminado el prestigio del hospital de Observatorio. Aunque Mancera no se ha mostrado como un político con oficio y mucho menos como un buen gobernante, sí es uno de los mejores abogados de este país y un buen negociador y en esta ocasión tuvo la oportunidad de utilizar su largo colmillo.

Bitácora de lo absurdo

Fue ridículo imponer una multa de 20 mil pesos al Club León, por parte de la Femexfut, por el mensaje de protesta que lanzaron los aficionados al mostrar cartulinas con el número 43. Para los de "pantalón largo" está muy bien el grito de "puto" desde la tribuna, pero no lo está protestar por un crimen de Estado, no señor, eso sí que no.

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