Ansiedad, cuando la vida es agobio

OPINIÓN 13/05/2014 05:00 Actualizada 05:00

Todas las emociones tienen un propósito y la ansiedad no es la excepción, es parte del sistema de alarma que se activa cuando nos sentimos amenazados o en peligro y se acompaña de cambios en el cuerpo que nos preparan para luchar o para huir: el corazón y la respiración se aceleran, hay tensión muscular, sudoración, las manos y piernas tiemblan, y podemos sentirnos fuertes o como gelatina, ante el aumento de adrenalina y de otras sustancias químicas.

La ansiedad es una respuesta normal que puede ser leve o muy intensa, es inmediata e instintiva, ya después nuestra parte racional procesa la situación y decide si la amenaza es real o una falsa alarma. En la mayoría, las situaciones nuevas o desconocidas producen ansiedad; un examen nos pone nerviosos si podemos reprobar, hablar en público si nos expone a una vergüenza, caminar por una calle oscura es amenazante por un asalto, es normal sentir aprensión.

En dosis pequeñas la ansiedad nos ayuda a concentrarnos y a prepararnos para nuevas situaciones. Sin embargo, si la ansiedad es fuerte podemos sentirnos abrumados o torpes, y en situaciones extremas paralizados.

Trastornos de ansiedad

Cuando sufrimos ansiedad con mucha frecuencia e intensidad, de manera que el nerviosismo es desproporcionado a la situación e interfiere con la vida diaria y la felicidad, estamos ante un trastorno de ansiedad.

Los trastornos de ansiedad son muy frecuentes, hasta una de cada cuatro personas llega a padecerlo alguna vez en su vida, afecta a cualquier edad y puede ser de manera repentina o aumentar poco a poco.

Muchas veces la ansiedad se presenta sin que la persona sepa qué la causa. Los trastornos más comunes son:

· Ansiedad generalizada. Es una preocupación exagerada en la que se piensa que siempre ocurrirá lo peor (escuela, trabajo, salud, seguridad de los familiares, el futuro), la vida es agobiante y se acompaña de síntomas físicos como dolor en el pecho, de cabeza, de estómago, vómitos, tensión muscular y cansancio. Es un factor de riesgo para muchas enfermedades.

· Trastorno obsesivo compulsivo. La ansiedad toma la forma de obsesiones y compulsiones para tratar de aliviarla.

· Fobias. Son miedos intensos a situaciones especiales o cosas que realmente no son peligrosas. Las fobias hacen que las personas eviten lo que les causa miedo.

· Crisis de angustia. Pueden ocurrir sin una razón aparente y se acompañan de palpitaciones, mareo, sensación de ahogo o entumecimientos.

· Trastorno de estrés postraumático. Es consecuencia de una experiencia del pasado traumática o aterradora, se puede acompañar del recuerdo frecuente de la experiencia, pesadillas y temor constante.

¿Qué causa los trastornos de ansiedad?

Se cree que es multifactorial: genética, bioquímica del cerebro, circunstancias estresantes de la vida o comportamiento aprendido.

Por ejemplo, criarse en una familia donde otros están ansiosos, enseña a un niño a ver el mundo como un lugar amenazante. Crecer o vivir en un ambiente peligroso, con violencia familiar o comunitaria, también predispone a la ansiedad crónica.

La buena noticia es que la ansiedad se puede tratar, es importante no sufrirla solo, acudir con el médico/a, aprender técnicas de relajación, dormir bien, evitar alcohol y tabaco y alimentarse sanamente.

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