Tendencia al cambio

Martí Batres

OPINIÓN 13/03/2018 10:46 Martí Batres Actualizada 10:46

Desde iniciado el actual proceso electoral, las encuestas coinciden en mostrar como puntero de la carrera presidencial a Andrés Manuel López Obrador.

Una de las publicadas más recientemente es la elaborada por Efekto TV y Capital Media, entre el 24 de febrero y el 2 de marzo, y pone a AMLO como puntero con un 34 por ciento de las preferencias frente al 21 por ciento de su más cercano competidor.

Si se quita el porcentaje de indecisos, la ventaja de Andrés Manuel López Obrador en este estudio se incrementa, pues alcanza el 46 por ciento de las preferencias ciudadanas.

Con algunas diferencias, este escenario es reproducido por todos los estudios de opinión publicados hasta la fecha.

Los números muestran que la ventaja de López Obrador en 2018 es superior a la que mostraba en esta etapa del proceso electoral de 2006.

Este fenómeno tiene múltiples explicaciones. En primer lugar, el país no es el mismo que hace 12 años. Lo que siguió a la campaña “Un peligro para México” fue el capítulo más violento en la historia nacional después de la Revolución: casi 200 mil muertos en dos sexenios.

A esto hay que agregar diversos escándalos de corrupción protagonizados por políticos del régimen, una economía que no crece, falta de empleos, todos estos factores nos colocan como el país con más desigualdad de América Latina.

Es decir, la pesadilla que hace 12 años se auguraba en la campaña negra contra López Obrador sí ocurrió, pero con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

Es evidente que, ante esta realidad vergonzante, la ciudadanía ha volteado a ver a AMLO, quien ha mantenido una línea pacífica a la lucha contra en el régimen. Incluso, en los momentos más difíciles no se ha roto un vidrio en las movilizaciones encabezadas por el hoy puntero en las encuestas.

De igual forma, López Obrador ha tenido la sensibilidad para comprender que la solución a los problemas de México pasa necesariamente por la reconciliación.

De ahí que haya sumado a su causa a personajes que hace 12 años no lo apoyaban y, aún más, militaban en su contra.

De esta forma, ahora están en el movimiento por la transformación Alfonso Romo, Gabriela Cuevas o Germán Martínez, por mencionar algunos.

Así es como la actual campaña de López Obrador se ha convertido en un espacio de integración de quienes han decidido dejar de lado sus diferencias para priorizar el interés superior del país y su gente.

Cabeza fría y corazón caliente, López Obrador ha aprovechado el proceso electoral para lanzar una convocatoria amplia a la sociedad con el objetivo de reconstruir el país a partir de la concordia.

En su discurso ha sabido oponer la voluntad de paz a la guerra, la conciliación como respuesta a la confrontación y al denuesto. Los resultados están a la vista, los números de todas las casas encuestadoras los reflejan.

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