El arte de amamantar

OPINIÓN 13/03/2013 04:00 Actualizada 13:11

Una madre que da pecho a su hijo lo protege de muchos males, y una cosa muy importante que debe hacer es buscar una buena posición para amamantarlo, pues tiene que estar cómoda para apoyar al bebé y permitirle asirse al pezón fácilmente; es importantísimo que su espalda se apoye al igual que sus brazos, para evitar dolores por cansancio y tensión.

Esas son algunas de las recomendaciones de Carmen Vignon Castrejón, especialista en educación perinatal y colaboradora de Cuido a mi Bebé, quien sugiere sentarse preferentemente derecha en un sillón de brazos o utilizar almohadas o la “dona” y, una vez ya lista, le pasen al nene.

Las posiciones clave

En la posición correcta hay que recibir al niño y acunarlo en el brazo, recargando su cabecita en el doblez interno del brazo y con la mano se toma de las nalgas para que esté lo más horizontal posible frente a mamá, vientre con vientre.

El cuello del pequeño debe doblarse un poco hacia el pecho, porque está acunado y así está cómodo, y su brazo permanecer alrededor del cuerpo de mamá. Si está muy pegado y le cuesta trabajo respirar, hay que jalarlo de las nalgas o detener un poco el pecho.

Para dar de comer, primero se debe tomar el pecho con la mano usando cuatro dedos por debajo y el pulgar por encima, sobre la areola, formando una C; esto evitará tocar la zona y que el niño pueda asirse del pecho abarcando la mayor parte de areola y no solamente la punta del pezón. Así extraerá la leche.

En la línea de juego

La especialista en educación perinatal menciona que la técnica de balón de futbol americano es muy cómoda: “Si has tenido cesárea, tus pechos son más grandes… tomas al bebé apoyado sobre tu brazo tomándole la cabecita sobre tu mano y dejando el resto del cuerpo sobre el brazo. Descansa las pompitas del nene sobre una almohada que colocas bajo tu codo y al lado de tu abdomen; mantén un poquito de presión contra ti para mantener al niño pegado a tu cuerpo”.

Posición acostada: “Te colocas recostada de lado frente al bebé; pones una almohada detrás de tu espalda y otras bajo tu cabeza y hombros, permitiéndote estar cómoda y no echarte hacia delante o hacia atrás. Coloca tu brazo inferior bajo tu cabeza o acunando a tu pequeño, el cual debe estar recostado frente a ti y con otra almohada o toalla enrollada detrás de su espalda para apoyarse; centra el pezón y la areola frente a su boca”.

Es muy cómoda para amamantar de noche y resulta mejor cuando el bebé es un poco más grandecito y no recién nacido. De preferencia, pídele a tu marido que esté junto a ti para evitar que te quedes dormida.

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