Cortes El Abuelo Félix

OPINIÓN 13/02/2015 05:00 Actualizada 05:00

Comer tortas en la ciudad se ha vuelto parte de nuestra cotidianidad. Pero comer tortas rellenas de jugosos cortes de carne y a un bajo precio, es una experiencia única que sólo puedes conseguir en El Abuelo Félix.

Este gran establecimiento de banqueta —dentro de un parque del DF—, ha cautivado a sus comensales desde hace poco más de cinco años. Con cortes de carne buenos, bonitos, baratos y bolivianos, sus sabores sudamericanos combinados con las tradiciones mexicanas, han saciado los estómagos de todo aquel que se atreve a devorarlas.

Fueron Renán Rodríguez, un hombre originario de Bolivia y Gloria Hernández, su esposa mexicana con sangre restaurantera y tortera, quienes decidieron experimentar con los sazones de su comida típica y combinarlos para traerlos al corazón de la capital. Así, con el mismo sazón con el que empezaron hace 18 años, esta pareja emprendió su mini restaurante boliviano-mexicano enfrente del Jardín de las Artes.

“Esto es algo novedoso que nosotros inventamos porque en ningún lugar te van a vender un corte en una torta. Además, el sabor es una combinación mexicana de tortas con cortes americanos preparados tipo boliviano”, añade Gloria, quien diariamente llega a las 5:00 a.m. al lugar, junto a su esposo Renán, para levantar el extendido local y ponerlo en marcha a partir de las diez de la mañana.

Del estilo de su sabor no hay algo comparable. Y es que el secreto de la cocción de sus gruesos pedazos de salchicha y carne —sazonados y marinados con especias sudamericanas—, está en su parrilla boliviana. La trajeron desde allá, pues sus especiales barras de metal les permiten medir la altura exacta y la cantidad de carbón que se debe de poner, dependiendo del tipo de carne a cocer.

Así, de entre sus suculentos montones de distintos tipos de carne, apilados en la parrilla, puedes escoger para tu gigante torta —preparada con suave pan de baguette—, unas tiernas salchichas Frankfurt bañadas con salsa inglesa que, al morderlas, crujen por su rica cubierta dorada. Una famosa torta de pollo al ají que con su color rojizo demuestra su picante y enchilado sabor o un choripan, que por 45 pesos te brindan la experiencia de un platillo boliviano.

Pero si del gusto al gasto prefieres el gasto, intenta con cualquiera de sus colosales tortas rellenas de cortes de carnes como arrachera, sirloin, t-bone o la especialidad de la casa, el rib eye, que aún cuando es uno de los cortes más cotizados por su suave y blanda consistencia —que al morderla se derrite como mantequilla en la boca—, puedes saborearla a un costo accesible y en cualquiera de sus términos.

Todas sus tortas van acompañadas de una cama de lechuga, jitomate y cebolla crudas, aderezadas con mayonesa o chiles curados al gusto. Además, si lo tuyo es cuidar la figura, siempre puedes pedir cualquiera de sus especialidades sudamericanas en una provechosa ensalada.

 PALADARES

"Vengo desde hace un año, casualmente pasé y vi que había mucha gente, bien dicen que donde hay gente está bueno y sí, definitivamente está
buenísimo". Santiago Sánchez, Comensal

"Tengo muchos años aquí en la zona y los conozco desde que llegaron. Las carnes están frescas y son preparadas de acuerdo a lo que me gustan, por eso pedí un rib eye en ensalada". Elena Martínez, Comensal

DÓNDE

Prueba los grandes cortes de banqueta bolivianos, en el mercado del Jardín del Arte, en Rosas Moreno esquina Sullivan, de martes a viernes de 10:00 a.m a 5:00 p.m. Dicen los comensales que el cordon blue y el rib eye son fantásticos.

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