Cinco años de pena

Martí Batres

OPINIÓN 12/09/2017 13:37 Martí Batres Actualizada 13:37

El pasado 1 de septiembre, Enrique Peña Nieto rindió su quinto informe de gobierno. Un mensaje a la nación que está alejado de la realidad que vivimos. Las cifras que presenta Peña Nieto no corresponden con lo que el país vive cotidianamente.

La población mexicana vivimos una grave realidad donde la inseguridad, la falta de empleo, la carencia en servicios e infraestructura, se distinguen. Las cifras que rinden Peña y su gabinete son simplemente inverosímiles. Son demasiado ‘alegres’ y no se corresponden con las necesidades de la gente.

Las llamadas reformas estructurales, con las cuales el gobierno de Peña pretende ensalzar su gestión, son un enorme fracaso. Ha significado la venta del patrimonio, la precarización del trabajo, la pérdida de derechos, el aumento de la desigualdad, la impunidad, la corrupción, la inseguridad y la violencia.

Vivimos un retroceso en lo político, lo social y lo económico. Los niveles de pobreza de la actualidad nos abruman. Los niveles de la pobreza del país en el año 2017 son superiores a los niveles de pobreza de los años 70 del siglo pasado.

Después de cinco años de gobierno de Peña Nieto, en el país se combinan problemas de violencia, inseguridad y corrupción. Esa sería la base de la discusión en el país. La crítica que debería hacerse es a la gestión de Peña.

Se podría hacer mucho más para mejorar al país. Somos una nación con una pluralidad geográfica, de recursos económicos y culturales. Se podría hacer mucho más desde la cúspide del gobierno para ahorrar, distribuir la riqueza y combatir la falta de empleo. Esto ayudaría a bajar la violencia y la inseguridad con la creación de oportunidades para la juventud.

Se puede garantizar el desarrollo económico y el desarrollo incluyente, sin necesidad de lastimar los bolsillos de la gente. Sin aumentar impuestos y con un combate claro a la corrupción.

Lamentablemente, ya no estamos en la posibilidad de un retroceso, sino que ya vivimos el retroceso en lo político, en lo económico y en lo social. Vivimos un retroceso económico con una pobreza que afecta a millones, un retroceso democrático donde la defraudación electoral sigue prevaleciendo. Para salir del retroceso necesitamos un cambio en el país. Se necesita un horizonte de libertad, de democracia, de igualdad y de desarrollo social.

Después del quinto informe de Peña Nieto, podemos asegurar que sin duda hay cosas que cuentan, otras que no se cuentan y otras, como las cifras ‘alegres’ que nos muestra el gobierno de Peña Nieto que, simplemente, dan pena.

Las llamadas reformas estructurales, con las cuales el gobierno de Peña pretende ensalzar su gestión, son un enorme fracaso. Ha significado la venta del patrimonio, la precarización del trabajo, la pérdida de derechos, el aumento de la desigualdad, la impunidad, la corrupción, la inseguridad y la violencia”.

 

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