Mal día para la memoria de Buendía

OPINIÓN 12/09/2013 05:00 Actualizada 05:00

En los tiempos políticos que vive el país bajo el regreso del priísmo al poder se respira un aire de exoneración del turbio pasado de los últimos años de la dictadura perfecta.

Ahora tocó el turno a José Antonio Zorrilla Pérez, asesino intelectual del periodista Manuel Buendía, referente obligado en la historia del periodismo mexicano. Fue titular durante 25 años de la columna Redes de poder, publicada en el periódico Excélsior (el de a de veras) y que denunciaba la imperante corrupción de la clase política en los años de la temible Dirección Federal de Seguridad.

Manuel Buendía fue asesinado la tarde del 30 de mayo de 1984 mientras caminaba de su oficina ubicada en el número 50 de la avenida de los Insurgentes al estacionamiento donde guardaba su coche. Fueron cuatro disparos, dos por la espalda a la altura del corazón y otros dos cuando estaba en el suelo en el costado y en el tórax. El asesino material fue Juan Rafael Moro Ávila, nieto de otro hermano incómodo, Máximino Ávila Camacho. Moro Ávila, también conocido como El Chocorrol, operó bajo las órdenes de Zorrilla Pérez, entonces director de la Dirección Federal de Seguridad, que a su vez le reportaba a la Secretaría de Gobernación del hoy senador de la República y remedo de prócer de la patria, Manuel Bartlett Díaz. Era el sexenio del finado Miguel de la Madrid Hurtado.

Zorrilla fue trasladado del penal de Tepepan a su domicilio en calidad de custodia luego de que lo ordenara la jueza de Ejecución de Sanciones del Reclusorio Varonil Oriente, Belem Bolaños, por su estado de salud. La PGJDF (que anda muy ocupada tratando de solucionar el caso Heaven) anunció que apelará la resolución.

El cronista Fabricio Mejía publicó ayer en Twitter que la liberación era un claro mensaje para los periodistas en México. Por mensajes no paramos, la CNDH en su recomendación número 20 señala que de 2000 a julio de 2013 han muerto 85 periodistas, desparecido 25 y se ha perpetrado 40 atentados contra instalaciones a medios de comunicación.

Sería pertinente que el aliado de López Obrador, Manuel Bartlett, publicara sus memorias y aclare por qué se cometió un crimen de Estado contra Buendía, por el bien de la patria que tanto dice defender.

En el radar

Con El Chepo fuera del Tritanic se deduce que el problema viene de los directivos; parafraseando a López Portillo, la Federación Mexicana de Futbol es responsable del timón y la tormenta. La crisis institucional del futbol mexicano es similar a la vivida a finales de los 80, cuando por el caso de los cachirules no hubo representativo en la copa mundial de Italia 90. Si México no va a Brasil será merecido y servirá de escarmiento para los patrocinadores y directivos que inflaron al futbol mexicano a pesar de los pies de barro.

Periscopio

Incomprensible que el domingo pasado el presidente del CEN del PAN, Gustavo Madero, y su coordinador parlamentario, Luis Alberto Villarreal, aplaudieran la iniciativa de reforma hacendaria como si se tratara de la presentación de una quinceañera en sociedad y hoy critiquen que la mayor carga impositiva será para la clase media, donde se encuentra su principal nicho de mercado. ¿Será que no la leyeron o que el sistema político mexicano ya hizo del consenso una enfermedad?

Bitácora de lo absurdo

Con respecto a la anterior entrega del Submarino Político: Silvia X y Eduardo Ruiz Healy, el aludido reaccionó como se esperaba. Utilizó una buena cantidad de improperios vía Twitter para descalificar lo publicado en las páginas de El Gráfico. Al respecto, varias personas cercanas a él me buscaron para confirmar lo escrito y que de ninguna manera lo desmentirían. Juan Ruiz Healy confirmó que lamentablemente su hermano sí había golpeado a su ex esposa y que le había arrebatado a su hija años después. Si Eduardo Ruiz Healy quiere dirimir en el ámbito legal debe hacerlo con el conocimiento de que saldrá a perder, como ya perdió el debate en la esfera pública y en las redes sociales. El caso de Silvia X es una investigación periodística que tomó varios meses de trabajo hecho con rigor y compromiso. Ahora, además de pruebas documentales, hay testigos. Nos vemos donde y cuando usted guste, señor Eduardo Ruiz Healy.

Seguimos el debate en Twitter: @LeoAgusto

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