Muerte materna en hospital de tercer nivel

Lydiette Carrión

OPINIÓN 12/05/2016 15:53 Lydiette Carrión Actualizada 15:53

Aidé tenía 26 años cuando falleció. “Esto ocurrió en un hospital de tercer nivel, en el Hospital de Especializades de La Raza. Mi esposa tenía una condición que se llama fibrosis pulmonar, pero nunca lo supimos. De hecho, no hay mucha investigación sobre esa fibrosis”.

Aidé llevaba 9 meses de casada y un embarazo de cinco meses, cuando comenzó a tener problemas respiratorios. “La tuvimos que internar, estuvo internada en el hospital Gineco III, y ya ahí le sacaron placas, estudios y determinaron que tenía un problema en los pulmones”. Pero no lo lograron identificar.

El problema avanzaba. Así que del mismo hospital pidieron un traslado a un hospital con neumología. Pero al hacer el traslado, llegó al de Especialidades de La Raza. Los médicos le dijeron a Abisaí que desde antes, los responsables del Gineco III mandaron a Aidé a este hospital a sabiendas de que no había neumólogos disponibles.

“Nunca vi esa urgencia por parte de los doctores, es decir, era una condición seria y un embarazo de cinco meses”. Pasó mucho tiempo sin ser atendida, cinco horas para que la ingresaran. “Luego sí trataron muchas cosas para reponer el problema que ella traía, pero ya fue muy complicado: le pusieron un ventilador artificial, un pulmón artificial, le hicieron una cirugía intravenosa, para conectar el pulmón artificial (que no fue suficiente) y eso traía muchas complicaciones. En todo este proceso, muy doloroso, les tuve que decir a los doctores que si mi bebé estaba afectando la salud de mi esposa, le diéramos la prioridad a mi esposa. Y en todo momento me dijeron que todo estaba bien”. Después de una de estas operaciones, el domingo 14 de octubre de 2014, con un último infarto, ambas murieron.

Vino el papeleo de la autopsia. Luego el papeleo para recuperar los restos de ambas y hacer el entierro. “Pregunto por mi hija y me dicen que ella va con la madre. Pero después de un mes, me llaman de Patología; me dicen ‘aquí tenemos a tu hija, ¿qué quieres que hagamos, la entierras o aquí la desechamos?’”.

Ha pasado un año y medio, y no ha podido enterrar a su hija. Abisaí ha emprendido una demanda. “Esto que hago puede servir para que a nadie más, a ninguna mujer le pase esto…”.

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