¿Al diablo las instituciones?

OPINIÓN 12/04/2013 01:00 Actualizada 01:00

Cuando Andrés Manuel López Obrador pronunció la famosa frase en un acto en el Zócalo capitalino, en protesta contra el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Federal Electoral que avalaban o se hacían de la vista gorda frente al robo de la elección presidencial que hacían Felipe Calderón y sus colaboradores, desde diversos sectores de la clase política se rasgaron las vestiduras. Cómo era posible mandar al diablo a las instituciones. El coro repetía una y otra vez el carácter, la naturaleza prácticamente sagrada de las instituciones nacionales.

Ahora que se ha dado la llamada reforma educativa, la pregunta obligada es: ¿al diablo con las instituciones? O mejor dicho quién manda al diablo a las instituciones. La campaña política y mediática que se realiza día a día contra el magisterio nacional nos repite de mil maneras que los maestros no saben, que no tienen conocimiento, que están mal evaluados, que hay que correrlos a todos, que los niños no aprenden por esos maestros, que los peores índices de conocimiento son precisamente los de los pequeños que acuden a esas escuelas donde están dichos maestros.

Sin embargo, ¿cómo llegaron todas esas decenas y hasta cientos de miles de maestros a dar clases a sus aulas?, ¿acaso llegaron solitos? No, no llegaron solos, fueron contratados por una institución que se llama Secretaría de Educación Pública federal o por otras que se llaman Secretaría de Educación del estado. Y fueron formados en otras instituciones que se llaman escuelas normales, centros de formación normalista, Escuela Normal Superior, Universidad Pedagógica Nacional, todas ellas instituciones del Estado.

Si son las instituciones del Estado las que formaron a los maestros; y otras instituciones del Estado las que han contratado a los maestros; y otras instituciones del Estado las que otorgan niveles superiores a los propios profesores y otras más las que elaboran los planes y programas de estudios e incluso agregaríamos que hay otras instituciones del Estado que construyen escuelas públicas y equipan a los propios planteles, y otras más que tienen la obligación de darle educación continua a los propios profesores; y algunas más que están obligadas a darle salario a los maestros, además de que hay otras instituciones que son las que tienen la responsabilidad de asignarle presupuesto a la educación de cada estado de la República, la pregunta es quiénes son los que están fallando.

¿Qué nos quieren decir hoy el gobierno y sus aliados mediáticos?: ¿al diablo con sus instituciones? ¿Son ellos los que están mandando al diablo a sus propias instituciones?

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