Bienvenido, el papa Francisco

OPINIÓN 12/02/2016 04:00 Actualizada 04:00

El papa FRANCISCO llega hoy y estará en México durante varios días. Existen numerosas razones para darle una cordial bienvenida. Se ha destacado en el escenario internacional por promover la paz  entre los pueblos. Por ejemplo, logró un acercamiento histórico entre Estados Unidos y Cuba, dos naciones que mantenían un conflicto que parecía irresoluble durante más de medio siglo.

El papa Francisco también se ha distinguido por colocar el tema de la pobreza y la desigualdad social en la agenda internacional. Ha criticado a los gobiernos que promueven el empobrecimiento de la gente para después manipularla electoralmente comprando los votos.

El Jefe del Estado Vaticano también ha promovido una magnífica encíclica sobre el grave deterioro ecológico y ambiental; en ella hace un urgente llamado a los gobiernos a modificar sus políticas para preservar la vida en nuestro planeta. Aun cuando hay muchos temas  que continúan siendo polémicos para la Iglesia, el actual Pontífice ha mostrado gran apertura para tratarlos.

La visita del principal jerarca católico nos permite recordar que en la historia de nuestros pueblos muchos sacerdotes han estado decididamente del lado de la gente, de sus luchas y sus sufrimientos, aun a costa de su vida misma: Fray Bartolomé de las Casas y Vasco de Quiroga en el siglo XVI; Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, y Mariano Matamoros estuvieron en la lucha por la Independencia de México. En los años recientes, nos han llenado de orgullo los obispos Sergio Méndez Arceo, Samuel Ruiz y Raúl Vera, y así también sacerdotes como el padre Miguel Concha y el padre Alejandro Solalinde.

En otros países de América Latina se han destacado figuras como el padre Camilo Torres, en Colombia, el arzobispo Óscar Arnulfo Romero, en El Salvador, el sacerdote Ernesto Cardenal, en Nicaragua, y el fraile Frei Betto, en Brasil.

Las posturas del Papa también reflejan la existencia de una vigorosa Iglesia popular que en México y en otros países de América Latina está acompañado de los procesos de cambio social, recuperando el sentido original y profundo del cristianismo, que consiste en construir la comunidad de los desposeídos y oprimidos. 

Esta visita es una oportunidad para que el jefe mundial de la principal Iglesia mexicana se acerque al conocimiento de los graves problemas de miseria, violencia y corrupción que hoy desgarran a México. Sea bienvenido el papa Francisco. 

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