El engaño no prosperó, el concepto de “ciudadano” tuvo que ser excluido del nombre de la frágil alianza electoral entre PAN, PRD y MC, y sólo han podido ponerse de acuerdo en una cosa: el reparto de candidaturas. Ricardo Anaya competirá por la Presidencia de la República; la todavía senadora Alejandra Barrales, por el gobierno de la Ciudad de México y Enrique Alfaro, por la gubernatura de Jalisco. Oh, sorpresa. Nadie había visto venir tan original maniobra.

Las dudas sobran respecto al Frente. Aún no sabemos si la casa de campaña de Ricardo Anaya estará en Atlanta, Georgia, donde reside con su familia. Tampoco hay certeza si el cuartel general de Alejandra Barrales estará en Miami o en Lomas de Chapultepec. Tampoco sabemos si las pocas clientelas que le quedan al PRD votarán por Anaya o si los grupos más conservadores del PAN votarán por candidatos amarillos. No es fácil visualizar el escenario anterior, tampoco la hoguera de vanidades a la hora de elaborar los planes de gobierno. En las experiencias, donde estos partidos se han hecho del poder en los estados, los candidatos han sido panistas o priistas enojados. Pero en ninguna elección el aspirante ha salido de las filas de la izquierda. El PRD se consolida como un partido franquicia, satélite o de la chiquillada, como usted guste llamarle. 

Sabemos que en la capital del país Alejandra Barrales arranca 15 puntos abajo de la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, quien ayer registró su candidatura a la jefatura de gobierno. También ha quedado claro que con Anaya, el PAN tiene asegurado el tercer lugar en la contienda presidencial, eso si Anaya no es desbancado por Margarita Zavala.

La alianza encabezada por la derecha no incluirá en su discurso las principales causas de 20 años de perredismo en la capital del país: matrimonio igualitario, interrupción legal del embarazo y legalización de la mariguana con fines medicinales y recreativos. De nada de eso hablará Ricardo Anaya durante su campaña. El queretano se ha pronunciado por otorgar una renta básica universal para toda la población mexicana, pero en realidad es una trampa de Anaya. Bajo su mando, el PAN se opuso a dicha iniciativa en el Congreso Constituyente de la Ciudad de México. No hay manera de creerles.

En triunfalista discurso, Ricardo Anaya fustigó con azorrillada frase a la “comentocracia” que daba por muerta la alianza electoral. Hay un dato importante detrás de esta proeza: los verdaderos opositores al “Frente” en el PRI se dieron cuenta que sin alianza se pulverizaría el voto de PAN y PRD y se inclinaría al mismo tricolor, pero también hacia Morena, en mayor porcentaje y en favor de Andrés Manuel López Obrador. Es es la razón coyuntural por la que habemus un clon democrático llamado “Por México al frente” que no goza de tan cabal salud.. 

Periscopio. Alberto Ruy Sánchez obtuvo el Premio Nacional de Artes 2017 en el campo de Lingüística y Literatura, digno reconocimiento a su gran trayectoria como autor de literatura, ensayo y poesía; editor y librero en Artes de México junto al talento de Margarita de Orellana, su esposa. Alberto Ruy Sánchez es uno de los más grandes intelectuales de las últimas décadas. Los jardines secretos de Mogador (Alfaguara, México 2001) es una de sus novelas imprescindibles para cualquier lector que quiera iniciarse en la obra de este enorme autor. Enhorabuena. 

En el radar. Llega a su fin la Liga Invernal Mexicana de Béisbol con la serie inédita entre los Diablos Rojos del México y los Guerreros de Oaxaca. Ambos equipos, impulsados por don Alfredo Harp Helú, inician hostilidades el martes en el Estadio Fray Nano de la colonia Jardín Balbuena, a las 7 de la noche. 

Bitácora de lo absurdo. “No seré funcional al PRI”, dijo Emilio Álvarez Icaza en octubre pasado, cuando renunció a sus aspiraciones presidenciales. Sin embargo, el ex defensor de derechos humanos en la capital del país salió más político que ciudadano y decidió ser funcional a Ricardo Anaya tan pronto se supo del virtual destape. 

Twitter: @LeoAgusto