País a remate

OPINIÓN 11/12/2013 05:00 Actualizada 05:00

El país está viviendo momentos oscuros de definición sobre su futuro, dada la contrarreforma energética pactada. De una nación con posibilidades de ejercer su soberanía, ahora quieren que pasemos a ser una nación sometida absolutamente a los dictados de Washington.

Para convencernos de entregar nuestras riquezas al extranjero, nos han dicho hasta el cansancio que Pemex no tiene dinero, ni tampoco tecnología adecuada. Sin embargo eso es mentira, ya que Pemex es la empresa con más ingresos en México, además la segunda de América Latina. La número 13 del continente y la 34 de todo el mundo.

En 2011, Pemex obtuvo más utilidades que todas las empresas de la Bolsa Mexicana de Valores juntas. Y por si eso no fuera suficiente, también es la primera petrolera en ganancias brutas por encima de Exxon, Shell, Statoil, BP, Chevron y Petrobras. Por ello es que quieren robársela modificando la Constitución, para legalizar el despojo.

El dictamen de la reforma a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución que entrega el petróleo, el gas y la electricidad a los privados, define en su página 59 “...la concesión es el instrumento jurídico que confiere derechos a los particulares para explotar o aprovechar los bienes del dominio de la nación, al suprimirse las concesiones se cancela la posibilidad de cualquier derecho de los particulares sobre el petróleo y demás hidrocarburos en el subsuelo...”.

Y a pesar de que en el mismo dictamen, en el artículo 27 mantiene la prohibición constitucional de otorgar concesiones en materia de petróleo, el cuarto transitorio especifica que entre las “modalidades de contraprestaciones, deberán regularse las siguientes: I) en efectivo, para los contratos de servicios; II) con un porcentaje de la utilidad, para los contratos de utilidad compartida; III) con un porcentaje de la producción obtenida, para los contratos de producción compartida; IV) con la transmisión onerosa de los hidrocarburos una vez que hayan sido extraídos del subsuelo, para los contratos de licencia, o V) cualquier combinación de las anteriores”, como quien dice viles concesiones. Es decir: un país a remate.

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