Derivado de la palabra griega kristalós (hielo o agua congelada) los cristales han fascinado al género humano desde tiempos remotos y algunas culturas le han adjudicado a éstos propiedades curativas pero también mágicas.

Los cristales curan pero no a la manera en que los afirman los esotéricos, místicos, magos y demás charlatanes. Similar a lo que ocurre entre la astronomía y la astrología, suele confundirse la gemoterapia, que son tratamientos presuntamente curativos mediante el uso de ciertas gemas o cristales como el cuarzo, con la cristalografía, que es el estudio de las estructuras conocidas como cristales.

El Universo está lleno de cristales, desde los diminutos copos de nieve o los sencillos granos de sal común, hasta prismas basálticos que hay cerca de Pachuca o los gigantescos cristales, como los hallados en las grutas de Naica, en Chihuahua.

Uno de los mayores especialistas cristalógrafos en el mundo es el doctor Juan Manuel García Ruiz, quien es investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Granada, España; creador del concurso Cristalización en la Escuela, mediante el cual aprovecha la curiosidad que los cristales genera en los jóvenes estudiantes para divulgar esta ciencia.

García Ruiz lleva años estudiando ciertos cristales cuyas formas se asemejan mucho con las estructuras simples que dan origen a la vida, como el ADN (ácido desoxirribonucléico). Se trata de los biomorfos, “que son estructuras puramente inorgánicas (sin vida), compuestas por millones de nanocristales que se autoensamblan adoptando en conjunto formas curvas como las de la vida”.

Para el doctor García Ruiz, hay cristales que curan y salvan la vida; de hecho, su Factoría de Cristales es un laboratorio que tiene mucha demanda por parte de la industria farmacéutica española, pues ahí se estudia todo tipo de macromoléculas biológicas, se analizan polimorfos y también muestras minerales para empresas petrolíferas o de cosméticos.

Precisamente el próximo fin de semana, el doctor García Ruiz estará en México, en el Museo de Ciencia Universum para dar charlas a los jóvenes y a los no tan jóvenes que quieran descubrir el maravilloso mundo de los cristales y juntos realizar prácticas de cristalización y apropiarse de este conocimiento.

La UNESCO estableció 2014 como el Año de la Cristalografía en conmemoración a los 400 años del descubrimiento de las estructuras simétricas y cristalinas de los copos de nieve, realizado por Kepler, así como también al primer centenario de la difracción de los Rayos X para el estudio de cristales.