Amenaza para la vida misma

OPINIÓN 11/09/2013 05:00 Actualizada 05:00

Es un enemigo letal, que muchas veces no se descubre hasta que es inevitable su ataque. Los médicos lo definen como trombosis venosa, mal que se estima afecta de 400 mil a 500 mil mexicanos por año, mientras en Europa el número de muertes que provoca es superior a las causadas por el sida, cáncer de mama, próstata y accidentes de tráfico juntos.

De qué se trata

Una trombosis venosa ocurre cuando un coágulo de sangre (trombo) se forma en una vena. Con frecuencia se desarrolla en zonas profundas de la pierna o pelvis y se conoce como trombosis venosa profunda (TVP), dicen los expertos médicos.

Una embolia surge si el coágulo, o una parte, se desprende del sitio de formación y se desplaza por el torrente sanguíneo hacia el cerebro, pero si se aloja en el pulmón, se presenta una complicación mortal llamada embolia pulmonar (EP).

La TVP y la EP se denominan tromboembolia venosa (TEV), que se estima ocupa el tercer lugar entre los trastornos cardiovasculares más comunes, después de la cardiopatía coronaria y los eventos vasculares cerebrales.

Debido a su prevalencia, morbi-mortalidad y complicaciones crónicas, estos males representan una pesada carga para los sistemas de salud a nivel mundial por sus altos costos de atención. Se estima que los gastos directos anuales en Europa superan los 3 mil 70 millones de euros, mientras que en EU se destinan hasta 15 mil 500 millones de dólares a su diagnóstico.

Sala de emergencia

La evidencia científica prueba que un ataque trombo-embólico se debe a la suma de factores de riesgo (ser mayor de 40 años, sedentarismo, cirugía ortopédica mayor y trauma vascular, entre otros), aunque se dan casos sin motivo aparente.

El riesgo de sufrir discapacidad y muerte por una TVP o EP y eventos recurrentes en quienes no reciben un tratamiento convencional ha creado una gran necesidad de desarrollar medicamentos más seguros y eficaces para mejorar su salud y calidad de vida.

Hasta hace poco, la terapia de referencia eran tratamientos conocidos como antagonistas de la vitamina K (warfarina), los cuales interactúan con múltiples alimentos y fármacos que limitan su uso. Estos fármacos requieren de exámenes al paciente para monitorear sus niveles de coagulación y ajustar la dosis.

Hoy existen nuevas moléculas como Dabigatrán, de Boehringer Ingelheim, que ofrecen una anticoagulación efectiva, predecible y consistente, por lo cual no es necesario mantener un monitoreo rutinario de los niveles de coagulación o ajustar la dosis constantemente.

Además, registra un bajo nivel de interacción con ciertos alimentos o medicamentos.

Debido a su alto valor terapéutico, Boehringer Ingelheim presentó recientemente a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) una solicitud para el uso de Dabigatrán en el tratamiento de TVP y la EP, el cual actúa como un inhibidor directo de la trombina, que es la enzima clave en el proceso de formación de los coágulos.

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