A propósito de las elecciones

OPINIÓN 11/06/2015 05:00 Actualizada 05:00

La voluntad general —poco más del 47% de los 77.9 millones de ciudadanos con derecho a votar— se expresó el pasado 7 de junio durante la jornada electoral; asimismo, el Instituto Nacional Electoral, INE, refrendó su capacidad y facultad constitucional para organizar las elecciones mediante las cuales deciden las y los mexicanos a sus representantes populares.

A pesar de las voces que advertían un escenario rijoso, el INE logró la instalación del 99.84% de las casillas, que corresponden a 148 mil 409 de las 148 mil 836 aprobadas por el Consejo General para su instalación. No lograron instalarse 182 casillas y otras 410 fueron suspendidas por falta de condiciones para llevar a cabo en paz la votación.

Somos más los mexicanos que queremos un México en paz y rechazamos la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. Celebro la vocación democrática de los ciudadanos y los actores políticos, pues con su participación reafirmaron que la vía electoral es el mecanismo por excelencia para elegir, entre diversas opciones políticas, a nuestros representantes populares.

Esta elección nos deja grandes enseñanzas. En primer lugar, las candidaturas independientes que se estrenaron en este proceso electoral, son de particular reflexión, pues la gran mayoría de los que contendieron por este medio, presentan una trayectoria política importante en algún partido político, a pesar de haber abandonado la militancia o cambiado de fila; en otros casos, algunos candidatos y candidatas se autonombraron como “cuadros ciudadanos” que contendían con las siglas de un partido político o coalición, pero acotando en cada esquina que no pertenecían a esos institutos políticos —pero contendían bajo sus siglas porque les ofrecieron ser bandera para promocionar su proyecto— así de extraño, pero cierto.

Quizá la única cara triunfadora bajo esta figura, cuyo origen es netamente apartidista —porque todos son ciudadanos— fue la de Pedro Kumamoto en el distrito 10 de Jalisco.

El resto, tal vez no pertenezcan más a un partido político, aunque sí militaron en alguno en otros tiempos. ¿Fue esto importante para el votante? Al parecer no.

Ahora bien, es falso el argumento respecto a la caducidad de los partidos políticos en la democracia, pues del otro lado de la moneda están los partidos Morena, Encuentro Social y Humanista que por primera vez compitieron y en conjunto obtuvieron el 13.8% de la votación federal.

Por supuesto, otro ejemplo importante es el PRI que logró poco más de 10.6 millones de votos en la elección federal, refrendando ser un instituto político altamente competitivo, aun con un escenario complejo, como lo es para todo partido en el gobierno.

No obstante, es fundamental hacer un alto para reflexionar y ser autocríticos. Es tiempo de revisar diversos aspectos del sistema de partidos y su funcionamiento interno, aprovechemos que contamos con una Ley de Partidos Políticos para impulsar de fondo su transformación hacia mecanismos de participación ciudadana más abiertos y respetuosos de su militancia.

Los ciudadanos están cansados de promesas y falsas expectativas, prueba de ello es que en algunos estados votaron por un nuevo proyecto de gobierno ante la falta de respuestas puntuales de sus autoridades.

Los procesos de selección de candidatos a cargos de representación popular y de dirección, ambos, están llamados a ser más vigorosos, modernos, innovadores y, especialmente, a ser un vector de nuevos talentos comprometidos con el servicio público y el bienestar de los ciudadanos.

En el PRI seguramente así ocurrirá, sé que el instituto político donde orgullosamente milito, lo tendrá en cuenta y se pondrá al día para ser una vez más un partido de vanguardia como instrumento de participación ciudadana.

*Senadora de la República / Secretaria de Mesa Directiva
Twitter: @LiliaMerodio
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