“Nueva ley, nuevos modos”

OPINIÓN 11/04/2013 02:00 Actualizada 02:00

El martes 9 aprobamos en el Senado por amplia mayoría el dictamen de nueva Ley General de Cultura Física y Deporte, que contiene aspectos muy positivos no sólo para el deportista formal, sino también para las familias, pues al fin precisa el ejercicio del derecho constitucional a la cultura física y deporte.

Mediante esa nueva ley, que aún debe ser aprobada por la Cámara de Diputados, estimulamos la igualdad de oportunidades para todos los niveles de deporte.

Nuestros deportistas de excelencia seguirán siendo apoyados, ahora con mayores recursos y métodos, pues promovemos la reducción de los aparatos administrativos, mayor oportunidad en la entrega de los apoyos, el fortalecimiento de la investigación científica y su aplicación directa en los procesos de preparación, así como la vinculación más eficiente entre los consejos estudiantiles y la estructura federada, todo lo cual le compete al gobierno, el que, al ser promulgada la nueva ley, contará con mejores condiciones para que nuestros atletas nos den aún más triunfos.

Similar prioridad queremos para nuestra urgencia nacional: el combate al sedentarismo, que produce y agrava muchas enfermedades vinculadas con el sobrepeso, la obesidad, la inactividad.

Proponemos una lucha inteligente, práctica, que facilite la actividad física divertida, como esos valiosos juegos de nuestra tradición, sin contraponernos con las muchas opciones de tiempo libre que ahora existen, pero sin olvidar que el juego en grupo ayuda al desarrollo de cuerpo y mente, hace sudar, integra a las familias y sus comunidades y contribuye a prevenir enfermedades y mala conducta.

Por ello, establecemos en la ley la vital importancia que tienen la recreación y el ejercicio, en especial de los niños, los adultos mayores y las mujeres, por lo que el texto obliga a los gobiernos a diseñar mejores y más sencillos programas de ejercicio, recreación y competencia deportiva básica y acercarlos a las mayorías, incluso con cada vez más instalaciones populares, pensadas para las mayorías, modestas, aunque funcionales.

También incluimos al fin, luego de varios años de proponerlo e insistir, el reconocimiento de la ley al Comité Paralímpico Mexicano, que integra a las Federaciones del deporte adaptado y representa a nuestro país en las competencias internacionales de nuestros admirados triunfadores deportistas con discapacidad, lo que no sólo representará más recursos para esos ejemplares mexicanos, sino que permitirá ampliar los programas de enseñanza y desarrollo del deporte adaptado.

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