La banquetera

OPINIÓN 11/03/2016 04:00 Actualizada 04:00

En su nombre la palabra taquería sale a relucir. Quizá porque un lugar así siempre atrae a los clientes, quizá porque así fue como comenzó. Lo cierto es que en "Taquería Don Pedro e hijos" no se necesita de un buen nombre para conquistar a la gente, basta con probar un buen pedazo de sus rosadas carnitas, de una gordita o de la exquisita especialidad de la casa para que se vuelvan inolvidables.

Hace 40 años, don Pedro Reyes aprendió a preparar carnitas estilo Michoacán. Lo hizo en una taquería en donde trabajaba y de ahí -cuenta su hijo Joel Reyes- que su padre no paró de cocinar.

Entre las calles de la colonia San Juan Totoltepec, don Pedro inició su negocio en una banqueta pequeña y con poca gente. En el puesto semi-fijo, Pedro partía, macheteaba, freía y entregaba sus antojables carnitas. Se servían en tacos de manera tradicional, envueltos en tortillas calientitas, segregando la grasa que sudaron en el cazo y cubiertos con limón, cebolla, cilantro y la salsa roja que en ningún puesto puede faltar.

Luego siguieron las "Big Mama": gorditas fritas y rellenas de chicharrón prensado, ataviadas con queso derretido y con generosas porciones de carnitas bien acomodadas.

Dicen que el negocio comenzó a prosperar y al puesto le quedó grande el papel. Por eso la familia Reyes decidió ampliar el negocio, que terminó por transformarse en un atractivo local. Decimos atractivo no por la pinta de lona y cazo que los adorna, sino por los gigantes cortes de carne de puerco que brillan entre focos destellantes dentro de la vitrina.

INNOVADORES. Hoy los tacos y las gorditas de ataño también pueden encontrarse entre especialidades hawaianas, carnitas y pastor en su restaurante lleno de clientes; ansiosos, sus miradas quedan fijas ante la pasarela de harinas fritas, rellenas y listas para devorar. Pero si hay algo único en este lugar, es la "quesadilla especial".

Rompiendo las barreras entre lo ordinario y lo exagerado, estas preparaciones no son nada comparado a lo que acostumbramos degustar. Las hay sencillas, que con una bola de queso Oaxaca artesanal en su interior, se fríen en aceite hasta quedar crujientes, calientes y bien doradas, mientras el queso fundido se amolda a su figura; luego se abren y se colman de carnitas. O las dobles, que además del proceso anterior, se envuelven en otra capa de queso derretido. ¡Tienen tanto queso que no podrás distinguir que es una quesadilla!

PALADARES
"Hemos comido en muchos lugares cerca, pero creemos que aquí es donde está lo bueno y rico. Vengo mucho con mi primo y ya es punto de reunión. La doble especial o la Big Mama son las buenas"
Diego Soto,
Cliente.

"Saben súper ricas la comida, las carnitas y me gusta todo de eso"
Jessica Rodríguez,
Comensal

DÓNDE
Visítalos de lunes a domingo de 8:00 a.m a 4:30 p.m, calle 23 de Noviembre, número 5, colonia San Juan Totoltepec, Naucalpan.

 

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